Te proponemos realizar una de las rutas culturales más interesantes de la ciudad: seguir los pasos de las personalidades más relevantes que dejaron su impronta en la ciudad: “Ilustres de Santander”.
Se trata de una experiencia única en la que podrás conocer los lugares que fueron importantes en la vida de aquellas figuras significativas, tanto del ámbito cultural, artístico, científico o social en la historia de la Santander y así aprovechar para recordarles, reconocerles y darles visibilidad.
Con esta ruta se pretende también poner en valor los distintos barrios y zonas de la ciudad en las que se encuentra o encontraba un determinado edificio en el que han estudiado, trabajado, veraneado, nacido, vivido o fallecido, cada uno de nuestros ilustres.
La ruta de los “Ilustres de Santander” es un proyecto vivo, en el que progresivamente se van añadiendo personajes.
¿Quieres ir descubriendo placa a placa quiénes eran estos afamados personajes? A continuación, detallamos la ubicación de cada placa, así como la información más relevante de cada uno de ellos.
Escritor cántabro
Ubicación de la placa: C/Hernán Cortés, 9 (Edificio Macho)
1833-1906
José María de Pereda y Sánchez Porrúa, nació en el municipio de Polanco el 6 de febrero de 1833, y con 10 años se traslada con sus padres a vivir a Santander, a la Cuesta del Hospital, calle próxima a los barrios de pescadores, cuya población le sirvió al novelista de fuente de inspiración para hacer sus escritos.
Estudia Bachillerato en el mismo instituto que Menéndez Pelayo, Gregorio Marañón y Gerardo Diego. Terminados los estudios de Humanidades, en el otoño de 1852, se traslada a Madrid para cursar los estudios preparatorios del ingreso en la Academia de Artillería de Segovia. Participa en las tertulias en el café de La Esmeralda y en los bailes de Capellanes. Escribe su primera obra, una pieza teatral, “La fortuna en un sombrero”.
Más tarde vuelve a Santander donde colabora con el diario La Abeja Montañesa, y publica con el pseudónimo “Paredes”. Se trata de críticas teatrales y esbozos costumbristas, que se recreaban en el teatro de Santander. Otros de sus escritos los publicó de forma anónima firmados con la primera letra de su apellido.
La primera obra en la que dio a conocer su verdadero nombre fue “Escenas montañesas”, editada en 1864.
La novela que suscitó mayor interés en la capital cántabra fue “Sotileza”, en 1885, un fiel retrato de la población de pescadores con recuerdos de su niñez, dentro de un idilio de la protagonista con diferentes pretendientes, con un final trágico de galerna marinera. Esta “novela admirable” fue elogiada por el erudito Marcelino Menéndez Pelayo, que vio en Pereda al mejor representante contemporáneo de las letras de su tierra natal y el que mejor supo plasmar el Santander costumbrista.
“Pachín González” puede considerarse la última gran producción de Pereda, basada en la insistente búsqueda que un niño hace de su madre, que habría podido morir a causa de la explosión del vapor Cabo Machichaco, cargado de dinamita y atracado en el muelle de Santander. El suceso histórico real ocurrió el 3 de noviembre de 1893, ocasionando 590 víctimas y más de 2000 heridos junto con la destrucción de una parte de la ciudad.
Su compañero, Benito Pérez Galdós, destacó su personalidad vigorosa y lo singular de su obra literaria, que le convirtió en un autor diferente a los escritores de su tiempo.
En la primavera de 1904 sufre una apoplejía que le deja hemipléjico del lado izquierdo, y muere el 1 de marzo de 1906 en la casa que existía en el lugar donde actualmente se ha instalado la placa como ilustre de la ciudad, debido a que José María de Pereda está considerado el máximo representante de la novela regionalista realista.
Naturalista. Uno de los científicos naturalistas más destacados del siglo XIX.
Ubicación de la placa: Paseo del General Dávila, 20
1845-1904
Augusto González de Linares nació el 28 de octubre de 1845, en la localidad cántabra de Valle de Cabuérniga, donde realiza sus primeros estudios, que completa en los Escolapios de Villacarriedo y posteriormente en el Instituto de Santander. Cursa la carrera de Ciencias Naturales y Derecho en Valladolid y Madrid, desempeñando entre 1867 y 1869 el puesto de ayudante de Mineralogía y Geología en el madrileño Museo de Ciencias Naturales. Fue también sustituto de la cátedra de Historia Natural del instituto de Noviciado de la capital, más tarde denominado del Cardenal Cisneros.
En 1870 finaliza el doctorado en Ciencias Naturales y dos años más tarde obtiene, por oposición, la cátedra de Historia Natural del instituto de Albacete, que ejerce tan solo durante cuatro meses, abandonándola al lograr la cátedra universitaria de Historia Natural en la Universidad de Santiago de Compostela.
En 1881 fue nombrado catedrático de Mineralogía y Botánica en la Universidad de Valladolid, donde participa activamente en la promulgación de la Real Orden de 1886, por la que se creaba en Santander el primer Instituto Español de Biología Marina, la Estación Marítima de Zoología y Botánica Experimentales, que dirigió hasta su muerte. La finalidad de la estación fue estudiar la flora y la fauna de las costas y mares adyacentes, aplicar estos conocimientos al desarrollo de las industrias marítimas y formar o incrementar las colecciones científicas de los museos y centros de enseñanza. En aquel momento solo existían cuatro centros similares en el mundo. Hoy en día la estación sigue activa bajo el nombre de Centro Oceanográfico de Santander.
En 1879 Marcelino Sanz de Sautuola descubre la cueva de Altamira, hecho ante el cual muchos estudiosos emitieron informes contradictorios acerca de la antigüedad de las pinturas. Sin embargo, en la sesión celebrada el 3 de febrero de 1886 en la Real Sociedad Española de Historia Natural, González de Linares se mostró firme partidario de la autenticidad de las pinturas.
González de Linares dejó varios descubrimientos de gran trascendencia, entre ellos, demostrar la existencia de formaciones del Wealdiente en Cantabria. Así mismo logra diseccionar una ballena, demostrando que Pierre-Joseph Van Beneden se había equivocado en algunas informaciones anatómicas.
Fallece el 1 de mayo de 1904, en la casa que se encontraba en el actual número 20 del Paseo del General Dávila, motivo por el que se ha decidido ubicar la placa como ilustre de Santander en este lugar.
Al día siguiente de su su fallecimiento, se convocó en Santander un pleno municipal extraordinario en el que se hace constar el sentimiento de la Corporación por la muerte de “tan eminente sabio”, y por el que se le declara Hijo Ilustre de Santander.
Pintor
Ubicación de la placa: C/ Sevilla, 6 (Paraninfo de la Universidad de Cantabria)
1893-1978
Luis Quintanilla Isasi nació el 12 de junio de 1893 en Santander. Su infancia transcurrió en el seno de una familia burguesa del siglo XIX, y siguiendo el deseo paterno se preparó para estudiar Arquitectura en Deusto. Pronto abandonó esta idea para dedicarse a la pintura, con el propósito de poder viajar y tener tiempo libre para su gran afición. A la vez decidió estudiar Náutica, aunque pronto se percató de que la pintura no era compatible con el mundo marino.
En 1912, fecha en la que el cubismo estaba cambiando el mundo del arte, se trasladó a vivir a París, para dedicarse a la pintura. Desde París viajó a Alemania, en los momentos inmediatamente anteriores a la guerra. Allí conoció en primera persona las obras del expresionismo alemán. La Primera Guerra Mundial lo devolvió a España, donde expuso sus obras cubistas, que no fueron comprendidas por el público.
En el año 1938, durante el mandado del presidente del Gobierno republicano Juan Negrín, España decidió presentar un Pabellón en la Feria Mundial de Nueva York, que se celebraría en 1939. Luis Quintanilla fue el encargado de realizar una serie de frescos para exponer en esa cita.
La obra titulada ‘Ama la paz y odia la guerra’, compuesta por cinco frescos, de once metros y medio de largura por dos de altura, quedó sin exponerse en la Feria, aunque pudieron mostrarse al público en dos ocasiones posteriores.
Poco tiempo después se creyeron destruidas, hasta que en el año 1990 aparecieron en los pasillos del mítico Bleecker Street Cinema, de Nueva York. Esta obra es, sin duda, el trabajo más representativo de Luis Quintanilla, en el que denuncia el dolor, la destrucción y el horror, y cuya inspiración le vino de la Guerra Civil Española.
En el año 2006 la Universidad de Cantabria compró estas obras.
Tras muchos años en el exilio, en 1976 regresa a España, donde murió dos años después, el 16 de octubre de 1978, sin conseguir contemplar las dos exposiciones antológicas que le dedicaron el Museo de Bellas Artes de Santander (noviembre de 1978) y el Ministerio de Cultura (febrero- marzo de 1979).
Luis Quintanilla está considerado como un artista polifacético, ya que además de pintor, fue grabador, repujador de cuero, ceramista y escritor.
Desde el año 2007 los frescos de ‘Ama la paz y odia la guerra’ (Bien de Interés Cultural) están expuestos de forma permanente en el interior del Paraninfo de la Universidad de Cantabria, lugar cuya entrada porta con orgullo la placa de Ilustre que la ciudad de Santander le ha otorgado.
Naturalista y prehistoriador
Ubicación de la placa: C/ Marcelino Sanz de Sautuola, 10
1831-1888
Marcelino Sanz de Sautuola y Pedrueca nació en Santander el día 2 de junio de 1831, en el seno de una reconocida familia hidalga, pues su padre fue alcalde de Santander entre 1859 y 1860. Además, poseían una hermosa casa solariega en Puente San Miguel. Realiza sus estudios de Bachiller en Filosofía y Letras en Santander y seguidos de los de Derecho en la Universidad de Valladolid.
Terminados sus estudios universitarios vuelve a Santander para dedicarse a la administración del patrimonio familiar, al tiempo que se siente atraído por desarrollar la vida cultural y económica de Santander. Al mismo tiempo desarrolla otras aficiones, como los estudios de ciencias naturales, botánica y geología, que le llevaron a reunir en su casa un magnífico archivo y biblioteca y una notable colección de minerales y fósiles.
Como miembro destacado de la emprendedora y culta burguesía comercial y progresista de Santander, impulsa exposiciones, siendo nombrado Secretario de la Junta Montañesa. Crea también el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Santander y, entre otras actividades, desempeña cargos directivos en la Junta Provincial del Censo; vicepresidente de la Liga de Contribuyentes; directivo de la Comisión de Alamedas y Paseos; vocal-secretario de la Junta de Obras del Puerto de Santander y diputado Provincial y miembro de la Real Sociedad Económica Cántabra.
Puso sus conocimientos naturalistas y agropecuarios al servicio del progreso de Santander. A su persona corresponde el mérito de haber sido el introductor del eucalipto en Cantabria en 1863, lo importó desde desde las Islas Hieres (Francia), y aclimató en su casa solariega de Puente San Miguel el primer eucalipto plantado en la provincia de Santander.
En 1866 es nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, y en 1872 vicepresidente de la Comisión de Monumentos de la Provincia de Santander.
Alrededor de 1875 Modesto Cubillas, aparcero de sus fincas, le informó de que sobre 1868 había descubierto una cueva que le podría interesar. No fue hasta 1879, cuando recogiendo abundantes restos paleolíticos su hija María Justina, de ocho años, que le acompañaba, le anima a mirar al techo de la cueva en la que estaban "¡Mira, papá! ¡Bueyes pintados!". Acababa de descubrir las pinturas de la cueva de Altamira, considerada la Capilla Sixtina del arte rupestre. Sautuola quedó sorprendido por las especies representadas y la calidad de las pinturas, pero realizó un certero y lúcido análisis, atribuyendo dichas pinturas a la Prehistoria, concretamente al periodo Paleolítico. Autoridades en Prehistoria, encabezadas por Gabriel de Mortillet y Émile Cartailhac, rechazaron que las pinturas de Altamira fuesen obra del hombre prehistórico, llegando algunos, durante el Congreso Internacional de Lisboa de 1880, a acusar veladamente de haber sido pintadas recientemente.
El reconocimiento de la labor de Marcelino Sanz de Sautuola no comenzó a producirse, hasta años después. Henri Breuil publica, en 1902, los resultados de sus trabajos en el Congreso de la Association Française pour l'Avancement des Sciences, confirmando la autenticidad de los hallazgos de Altamira. Tras el descubrimiento de estos hallazgos, Cartailhac rectificó públicamente en la revista L’Anthropologie con la publicación del artículo “La caverna de Altamira, España, mea culpa de un escéptico” en el que reconoce el error que cometió 20 años atrás. Pero Sanz de Sautuola, muerto catorce años antes, no vivió para disfrutar la restitución de su honor, ni la posterior confirmación científica de sus premoniciones.
Marcelino Sanz de Sautuola fallece el 30 de marzo de 1888, en la misma casa en la que nació y vivió, ubicada en la calle Pedrueca 1, en el que se ha ubicado la placa como Ilustre de Santander. En el interior del edificio se conserva su biblioteca, que contiene el valioso legado bibliográfico que este insigne intelectual dejó a su ciudad natal.
Poeta destacado de la Generación del 27
Ubicación: C/ Calvo Sotelo, 8 (actual edificio INSS)
1896-1987
Gerardo Diego Cendoya nació el 3 de octubre de 1896, en el domicilio familiar, ubicado en la mano izquierda de la cuarta planta de la calle Atarazanas número 7. Tras el incendio de la ciudad de 1941 se construye un nuevo edificio en ese mismo lugar, hoy Calvo Sotelo 8, donde se ha ubicado la placa como Ilustre de la ciudad.
Atarazanas era una calle comercial, con una gran actividad de todo tipo y Diego siempre recordó con cariño al barrio de su infancia. De hecho, sus “jinojepas”, poemas que eran burlas de buen humor y sin veneno dentro, las firmó con el seudónimo de Jaime de Atarazanas.
Desde muy joven mostró interés por el mundo de las artes y las letras. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto. Se examinó en Salamanca y el último año en Madrid, donde obtuvo la licenciatura con excelentes calificaciones. Ya en 1917 obtiene un premio literario de la Editorial Calleja.
En 1918 publica su primera obra, un cuento, “La caja del abuelo”, en El Diario Montañés. Un año más tarde, ya en Madrid, comienzan sus primeras publicaciones en las revistas de Vanguardia, Grecia, Cervantes y Ultra. Participa también en las tertulias madrileñas. En 1919 interviene en una ponencia en el Ateneo de Santander sobre “La poesía nueva”, que generó una fuerte polémica. En 1920, siguiendo el consejo de Ramón Gómez de la Serna y de León Felipe, publica “El romancero de la novia”, su primer libro de versos.
Guiado por José María de Cossío inicia sus estudios sobre poesía del Siglo de Oro, descubriendo el manuscrito de la anónima “Fábula de Alfeo y Aretusa” en la Biblioteca Menéndez Pelayo.
En 1924 descubre en la biblioteca de Cossío una égloga barroca dedicada a Isabel de Urbina y edita el texto, publicando otro poemario vanguardista, “Manual de Espumas” que recibe al año siguiente el Premio Nacional de Literatura.
En Santander dirige dos de las revistas más importantes del 27, Lola y Carmen, entablando relaciones con la Generación del 27 y dando a conocer su posterior famosa antología, “Poesía española: 1915-1931”.
Fue profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Santa Clara de Santander, siendo su alumna la poeta santanderina Matilde Camus.
En 1961 Gerardo Diego publica el libro “Mi Santander, mi cuna, mi palabra”, con poemas inspirados o sugeridos por su ciudad natal y la provincia. En 1976 reúne su lírica de vanguardia en “Poesía de creación” y un año más tarde todos sus poemas sorianos en “Soria sucedida”.
El poeta santanderino fue, en vida, uno de los autores más reconocidos de España y recibió honores y premios hasta el final de sus días, tales como el Premio Nacional de Poesía en dos ocasiones (1925 y 1956) o la Medalla de Oro al Trabajo en 1968. Pero su gran reconocimiento le llega en 1979, cuando se le concede el Premio Miguel de Cervantes, al mismo tiempo que Jorge Luis Borges.
En 1980 recibe la Medalla de Oro de la Ciudad de Santander, y al día siguiente es investido Doctor Honoris Causa de la Universidad de Cantabria. Muere en su casa de Madrid el 8 de julio de 1987, convirtiéndose en un miembro destacado y uno de los impulsores de la Generación del 27. Lega a su ciudad natal, su biblioteca, toda una joya, imprescindible para acercarse al universo de las revistas literarias españolas durante el S.XX, y para adentrarse en el universo intelectual del escritor.
Poeta
Ubicación de la placa: C/ Cádiz, 20
1922-2002
José Hierro del Real nació en Madrid el 3 de abril de 1922. Con tan solo dos años su familia se traslada a Santander, formándose en el Colegio de los Salesianos y más tarde en la Escuela de Peritos Industriales, pese a su una gran inclinación hacia las letras.
Fue en 1936 cuando obtiene su primer premio literario, en un concurso del Ateneo Popular de Santander, por un cuento de ambiente japonés, "La leyenda del almendro". Entre 1936 y 1937 se publicaron sus primeros poemas en un periódico de Gijón y en el Romancero General de la Guerra de España.
En 1944 se traslada a Valencia, donde desempeña diferentes trabajos, como confiesa en el extenso poema “Historia para muchachos”. En ese tiempo colabora también en diversas revistas y comienza a escribir los primeros poemas del que sería su primer libro.
En 1946 regresa a Santander. Su actividad laboral en el sector de la construcción no le impide participar en la vida cultural santanderina, como redactor jefe de las revistas de la Cámara de Comercio de Santander y de la Cámara Agraria y, algo después, de la revista Economía Montañesa. Más tarde conoce a Gerardo Diego y continúa sus colaboraciones en la revista Proel. En 1947 publica su primer libro, “Tierra sin nosotros”, y obtiene el Premio Adonais con su segunda obra, “Alegría”.
Su residencia estaba en el número 20 de la Calle Cádiz, donde se ha colgado la placa como Ilustre de Santander en su recuerdo. El bar situado a la derecha de este portal era su lugar de escritura habitual, ya que José Hierro tenía la superstición de no poder escribir en su propia casa.
En 1952 se traslada a vivir a Madrid y comienza a trabajar en la Editora Nacional y en la sección del Instituto Cervantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En 1953 obtiene el Premio Nacional de Literatura. A finales de la década de 1950 dirige la Tertulia Poética del Ateneo de Madrid.
Más tarde, en 1965, deja su trabajo en la Editora Nacional y pasa a formar parte de la plantilla de la revista Reader’s Digest. En 1966 ingresa en Radio Nacional de España, hasta su jubilación en 1987.
En 1981, a los 59 años recibe el Premio Príncipe de Asturias; en 1990 el Premio Nacional de las Letras Españolas y en 1995 el IV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y es nombrado Doctor Honoris Causa por la UIMP de Santander. Tres años después es galardonado con el Premio Cervantes.
En el año 1999 es elegido Académico de la Real Academia de la Lengua, cargo que no llegó a ocupar porque murió antes de leer su discurso de ingreso. Al año siguiente se le concede el Premio Miguel Hernández y a los 80 años, unos meses antes de fallecer, es nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Turín.
José Hierro fallece el día 21 de diciembre de 2002 y desde el 28 de marzo de 2003, sus restos se honran en el Panteón de Personas Ilustres de Santander.
El poeta Pepe Hierro siempre estuvo vinculado a Santander, donde pasó su infancia, y lo nombró Hijo Adoptivo, además de rendirle homenaje el 25 de abril de 2008 colocando una escultura el Paseo Marítimo, inspirado en los versos de uno de sus poemas sobre la bahía santanderina: "Si muero, que me pongan desnudo, desnudo junto al mar. Serán las aguas grises mi escudo y no habrá que luchar". Este autor está considerado uno de los máximos exponentes de la poesía social de posguerra.
Pintora más importante del cubismo
Ubicación de la placa: C/ Santa Lucía, 32
1881-1932
María Gutiérrez Cueto, conocida como María Blanchard, nació el 6 de marzo de 1881 en Santander, en el seno de una familia acomodada, ya que su padre fue director del periódico El Atlántico.
A pesar de su problema de salud, una malformación resultante de una cifoescoliosis con doble desviación de columna que condicionaría parte de su vida, en 1903 inició su formación en Madrid, en el estudio de Emilio Sala. Al año se traslada al estudio de Fernando Álvarez de Sotomayor, que le animó a presentarse a la Exposición Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con la obra “Gitana”, que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria.
En 1907 logró tercera medalla de pintura de la Exposición Nacional con la obra “Los primeros pasos”. En ese momento, tanto la entonces Diputación de Santander como el Ayuntamiento le concedieron unas becas para proseguir sus estudios en París, ciudad a la que llegó en 1909.
En la capital francesa fue alumna de Anglada Camarasa en la Academia Vitti, y el amor que su profesor le transmitió por los empastes se manifestó en “Ninfas encadenando a Sileno”, su única pintura mitológica, que le valió otra medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes.
Al inicio de 1914, María había agotado las prórrogas de sus becas, pero estaba integrada con los principales ideólogos de la vanguardia cubista (Pablo Picasso, Diego Rivera, Juan Gris, etc.), quienes influyeron a que se iniciase en el cubismo. Con el inicio de la guerra, vuelve a España, a la vivienda familiar de Madrid.
La necesidad de un trabajo estable le lleva a convertirse en profesora de dibujo, obteniendo una plaza en las Escuelas Normales de Magisterio en Salamanca. Pero allí no fue bien acogida, y decide regresar a París. A partir de este momento, asume el apellido materno, Blanchard, con el que tratará de parecer más francesa.
Fallece en la capital francesa, el 5 de abril de 1932. En el año 2012 su obra fue reivindicada en el Museo Reina Sofía con una exposición comisariada por María José Salazar, y en la actualidad, la mayor parte de su obra se encuentra expuesta en el Museo Reina Sofía.
Dado que María Blanchard está considerada la mujer más importante del cubismo se ha decidido ubicar la placa como Ilustre de Santander en el portal del edificio en el que nació esta gran artista.
Pintora británica surrealista
Ubicación de la placa: Parque del Doctor Morales
1917-2011
Mary Leonora Carrington nació el 6 de abril de 1917, en el seno de una familia acomodada, en Lancashire, Inglaterra. Con tres años se trasladan a Crookhey Hall, un castillo neogótico rodeado de inmensos jardines y bosques que Carrington inmortalizó en obras como "Green Tea". Los relatos orales de su niñez alimentan un imaginario que pronto desemboca en unos primeros escritos cargados de fabulación y en una temprana vocación hacia la pintura.
Tras ser expulsada de varios colegios católicos comienza a estudiar arte, primero en Florencia, luego en París y en Londres, de la mano de Amédée Ozenfant.
El encuentro con el surrealismo llega con su visita a The International Surrealist Exhibition de Londres en 1936. Un año más tarde se traslada con Max Ernst a París, centro de los debates del surrealismo. En 1938, se instalan en la localidad de Saint-Martin-d’Ardèche, donde desarrollan sus respectivos imaginarios visuales en una suerte de obra de arte total. En paralelo, Carrington comienza a publicar sus primeros libros, ilustrados con collages de Ernst, como "La dama oval" y "La casa del miedo".
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial Ernst es arrestado como enemigo de Francia y Carrington se ve obligada a huir hacia España. En Madrid sufre un episodio de violencia sexual y es internada en el sanatorio del Doctor Morales de Santander para enfermos mentales. En 1943 abandona el sanatorio, aunque su paso por él haya sido traumático, también le ha permitido alumbrar un vocabulario visual más libre y veladamente autobiográfico, que aplica en ese tiempo a obras hoy consideradas clásicas, como "Green Tea".
Carrington será, a partir de ese momento, una constante exiliada, pero también cobrará un papel más protagonista en las actividades que Marcel Duchamp, André Breton y otros ponen en marcha en la ciudad de Nueva York.
En 1943 se traslada a México, donde entra en contacto con una colonia de artistas que ha huido de la guerra y con quienes comparte ese trauma y también ese impulso de supervivencia. Esta nueva familia está formada por artistas como el fotógrafo Emerico "Chiki" Weisz, con quien contrae matrimonio; la fotógrafa Kati Horna y su marido, el artista español José Horna; o la pintora Remedios Varo y el poeta Benjamin Péret, a los que había conocido en París.
Leonora Carrington fue la última representante del movimiento surrealista. Se la consideró enferma porque encarnaba a un tipo de mujer que no concordaba con los roles que se habían reservado a las mujeres en esa época. Esta traumática experiencia quedó reflejada en su obra pictórica y en un libro con sus memorias. Murió en México el 25 de mayo de 2011, país en el que vivió gran parte de su vida.
Se ha ubicado la placa como ilustre de la ciudad en el Parque del Doctor Morales, ubicación del antiguo sanatorio en el que estuvo ingresada entre 1940 y 1943.
Sacerdote y folclorista
Ubicación de la placa: C/ Daoíz y Velarde, 13
1869-1956
Sixto Córdova y Oña nació en la calle Atarazanas de Santander el 28 de marzo de 1869. Comienza su formación religiosa a los 12 años, en el Seminario de Monte Corbán, oficiando su primera misa con solo 14 años. Desde 1891 se dedica a la enseñanza en el mismo Seminario de Corbán. Canta su primera misa el 1 de octubre de 1893, y pasa a ser párroco de la iglesia de Santa Lucía de Santander en 1905, cargo que ocupó durante 50 años.
Fue precursor de la labor de rescate de la tradición oral, para lo que recorrió pueblos, archivos, conventos, casonas, cabañas, en festividades, en la siega, en las jilas, etc., con indudable interés pedagógico. Durante sus viajes recogió también aspectos etnográficos de las costumbres, con su inseparable cámara fotográfica.
Con tan solo 7 años su familia se traslada a Polanco y allí entabla una gran amistad con el escritor José María Pereda. Años más tarde, Sixto publica “La vida en Cumbrales” con datos etnográficos y costumbristas de Polanco.
Su trabajo de recopilación de canciones por los pueblos le valió el Premio Folklore del Ateneo de Santander en 1922. Este “Cancionero” constaría de cuatro libros: el primero se tituló “Cancionero infantil español”, y el resto “Cancionero de la provincia de Santander”, editados en 1947, 1952, y 1955, siendo estos tres últimos su obra más importante.
En 1993 gana el Premio del Certamen Internacional que se celebraba en homenaje al novelista José María de Pereda.
Amante de la fotografía creó un archivo de 384 objetos fotográficos que incluía fotografías sobre reuniones familiares, excursiones, viajes, retratos, instantáneas religiosas, y del que fue su principal autor. También colaboraron en dicho archivo Julio García de la Puente y Emilio Wünsch junto con su hermano Alfredo Wünsch. En 2008 esta colección pasa a ser propiedad del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS).
Más tarde publica “Santander, su Catedral y obispos”, dedicado al obispo Eguino y Trecu y en 1955 escribe su último libro “Seisena V”.
Falleció en Santander el día 15 de abril de 1956. Sus restos descansan en el Panteón de Personas Ilustres de Santander desde 2010. Ese mismo año la familia de Sixto Córdova dona a la Fundación Botín el archivo del musicólogo santanderino compuesto por más de mil documentos, entre los que destacan una carta de José María de Pereda fechada en Polanco, en julio de 1896, y otra de Jesús de Monasterio, fechada en Madrid el 27 de noviembre de 1895. Dicho archivo pasó a formar parte de los fondos del Centro de Documentación e Investigación de la Música en Cantabria (CDIMC).
Como homenaje, se ha ubicado la placa como Ilustre de Santander, en el portal número 13 de la calle Daoíz y Velarde, donde vivió este reconocido párroco amante del folclore cántabro.
Pianista y director de orquesta
Ubicación de la placa: Intersección C/ Aduana con C/ Ataúlfo Argenta
1913-1958
Ataúlfo Exuperio Martín de Argenta Maza, conocido como Ataúlfo Argenta nació el 19 de noviembre de 1913 en Castro Urdiales, en el seno de una familia humilde. Su especial facilidad para la música hizo que pronto recibiera clases de solfeo, violín y piano.
En 1925 se traslada con su familia a Madrid, matriculándose en el Real Conservatorio, donde estudia bajo la supervisión del compositor Manuel Fernández Alberdi. El talento de Argenta pronto se hizo visible, convirtiéndole en el pianista más prometedor del conservatorio. En 1930 fallece su padre y Argenta se convierte en el cabeza de una familia, cuyo único miembro era una madre viuda. Esta situación le llevó a abandonar el conservatorio y empezar a trabajar en una oficina de los Ferrocarriles del Estado, pero se resistió a abandonar la música.
Más tarde el Conservatorio de Lieja le ofrece la posibilidad de continuar sus estudios en Bélgica, por lo que abandona España y se pone a las órdenes del maestro Armand Marsick. Con 28 años obtiene una beca en el Conservatorio de Kassel, bajo la supervisión de Carl Schuricht, que perfiló su destino como director de orquesta. Se convierte en profesor y catedrático del conservatorio que lo acogió durante dos años, hasta que regresa a España para crear la Orquesta de Radio Nacional, en la que dirigía conciertos diarios.
En 1940 se funda la Orquesta Nacional de España, y siete años más tarde se integra Argenta como director titular. En 1948 dirige, como invitado, la Orquesta Sinfónica de Londres, convirtiéndose desde ese momento en un director de orquesta de prestigio internacional, lo que le llevó a ocupar de manera temporal el puesto de director invitado en la Orquesta Nacional de Francia.
Una fecha destacada en su trayectoria fue el 9 de agosto de 1953, ya que dirigió dentro del Festival Internacional de Santander el ciclo completo de las “Nueve Sinfonías de Beethoven” con la Orquesta Nacional en la Plaza Porticada (Plaza de Velarde).
Su actividad musical recibió numerosos premios y galardones: la Cruz de Isabel la Católica y la póstuma Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, así como un puesto de número en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1956).
Ataúlfo Argenta falleció prematuramente, a los 44 años de edad, en Los Molinos (Madrid), el 21 de enero de 1958, truncándose la más prometedora y universal carrera de dirección orquestal española del momento. Días antes había alcanzado un enorme éxito con El Mesías de Georg Friedrich Haendel, dirigiendo a la Orquesta Nacional de España y el Coro del Orfeón Donostiarra. Está considerado por la crítica especializada como el más sobresaliente director musical de las décadas centrales del siglo XX español.
Como homenaje al pianista y director castreño se ha ubicado la placa en el inicio de la calle que lleva su nombre, que comienza en la Plaza de Velarde, lugar donde Argenta dejó una huella imperecedera.
Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl
Ubicación de la placa: C/ Alta, 31-33 (Parlamento de Cantabria)
1849-1920
Ramona Antonia Ormazábal y Goicoechea, más conocida como Sor Ramona Ormazábal nació el 31 de agosto de 1849 en Tolosa (Guipúzcoa). Con diecinueve años ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, tras haber pasado un período de formación en el Real Noviciado de Madrid. Fue destinada a este entonces Hospital de San Rafael de Santander (sede actual del Parlamento de Cantabria) el 6 de octubre de 1868, donde desarrolló toda su vida como Hija de la Caridad.
En ese tiempo funcionaban en el Hospital tres obras diversas: la Casa de Caridad, que acogía a las personas carentes de protección familiar, sobre todo niños y niñas; la Inclusa que admitía a hijos de padres desconocidos o abandonados por éstos y a huérfanos desamparados; y el Hospital para enfermos pobres de la ciudad.
Debido a la preparación y cualidades personales de Sor Ramona, pronto fue nombrada secretaria de la Fundación, y en 1888, Superiora Local de la Comunidad, cargo que desempeñó hasta su muerte. Uno de sus principales logros fue la fundación de la Casa de Maternidad, en un terreno independiente del Hospital, para establecer allí la Inclusa y Maternidad. En 1886 se hizo realidad la separación de ambas instituciones del Hospital y se liberó a los niños del contacto con los heridos y enfermos.
Aunque Sor Ramona brilló por sus dotes de gobierno, su labor más destacada fue la entrega caritativa, que se hizo más patente en los momentos de peste, catástrofes y guerras que afectaron a Santander en esos años. Tuvo una actitud y comportamiento destacados en episodios como la Tercera Guerra Carlista, en su servicio a los enfermos del cólera en el año 1885, año trágico para Santander, en la explosión del vapor Cabo Machichaco, el 3 de noviembre de 1893, que acabó con la vida de 500 santanderinos y causó cientos de heridos graves, mostrando estar a la altura de las circunstancias atendiendo a los damnificados. Además de sus atenciones con la epidemia de gripe de 1918.
La Diputación de Santander, dada la labor humanitaria y acción caritativa de Sor Ramona, solicitó para ella la Gran Cruz de la Beneficencia que se le concedió el 14 de septiembre de 1918 y se le impuso el 18 de enero de 1919. Los actos se celebraron en el Hospital de San Rafael.
Sor Ramona falleció el 20 de enero de 1920 y sus restos descansan en el Panteón de Hombres Ilustres de Santander; el hecho de ser mujer motivó el cambio de denominación del Panteón, que pasó a llamarse Panteón de Personas Ilustres.
Como homenaje a su dedicación y ayuda a los demás durante más de 50 años se ha decidido ubicar la placa como Ilustre de Santander en el edificio en el que atendió a tantas personas.
Propietarios de la primera galería de arte privada de Santander
Ubicación de la placa: C/ San José, 20
Las vidas de Manuel Arce y Teresa Santamatilde siempre han estado ligadas a las letras y al arte, tanto que antes de casarse, el 8 de julio de 1952, inauguraron la Galería Sur, en la calle San José 20, donde se encuentra la placa como ilustres de la ciudad, convirtiéndose en la primera galería de arte privada de Santander.
Manuel Arce propone al pintor cántabro Pancho Cossío inaugurar la Galería Sur con una exposición suya. El escepticismo de Cossío ante la iniciativa de abrir una galería provoca que rechace la propuesta. Sin caer en el desánimo, logra inaugurarla con una exposición del pintor Benjamín Palencia. Poco después, en 1952, Ángel de la Hoz realiza su primera exposición fotográfica en la misma. Le siguen otras, del ceramista Llorens Artigas y del pintor Juan Manuel Díaz Caneja.
Contra todo pronóstico la apuesta cuajó y la galería acogió obras de artistas de la denominada Escuela de Madrid como Francisco Arias, Álvaro Delgado, Agustín Redondela, Luis García Ochoa o Cirilo Martínez Novillo. De los círculos renovadores en la pintura catalana de la época destacan Francisco Todó, María Girona, Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada y Antoni Tàpies y de los representantes de la pintura cántabra: Agustín Riancho, Pancho Cossío o César Abín. En los años sesenta se repiten algunos nombres y se añaden otros como Gregorio Prieto y José Caballero, Joan Josep Tharrats, Manuel Millares, Fernando Zóbel, Salvador Soria, Alfredo Alcaín, o Mari Puri Herrero. De esta década son protagonistas de las exposiciones Joaquín Peinado, Francisco Mateos, Hernando Viñes, Eusebio Sempere o Cristino Mallo.
Destacan las monográficas de la obra de María Blanchard y Óscar Domínguez; la antológica de Cossío y colectivas como Maestros Europeos, con obras de Marc Chagall, Juan Gris, Fernand Léger, René Magritte o Giorgio Morandi. Destaca también la exposición dedicada a Clásicos Contemporáneos, que se celebra coincidiendo con el 25 aniversario de la galería, con piezas de Eduardo Chillida, Julio González, Georges Braque, Vassily Kandinsky, Joan Miró o Pablo Picasso.
Por decisión de sus dueños, la Galería Sur cierra en 1994, tras más de 42 años de actividad, con 617 exposiciones de 545 artistas de vanguardia diferentes, tanto a nivel internacional, nacional como regional.
Manuel Arce Lago nació el 13 de febrero de 1928en San Roque del Acebal (Asturias) pero con 8 años llega a Santander, donde realiza estudios de Comercio y participa en publicaciones poéticas en revistas locales, como Espadaña y Proel.
Funda la revista La Isla de los Ratones, en la que aparece su primera obra en 1948, “Sonetos de vida y propia muerte”, y a partir de 1955 se dedica exclusivamente a la novela con obras como “Testamento en la montaña”, por el que obtuvo en 1956 el Premio Concha Espina. En 1958 consigue el Premio Abarca con “Pintando sobre el vacío”. Y en 2006, con “El latido de la memoria”, obtiene el Premio Internacional de novela Emilio Alarcos.
Durante el período 1985-1997 fue presidente del Consejo Social de la Universidad de Cantabria desde 1985 hasta 1997, y desde 1986 hasta 1988 fue concejal en el Ayuntamiento de Santander.
Su pasión por el arte le llevó a ejercer también como crítico literario en revistas de Madrid y Barcelona.
En 2011, el Ayuntamiento de Santander le otorgó la Medalla de Plata de la ciudad y en 2014 fue galardonado con el Premio Plaza Porticada, por su indiscutible relevancia en el contexto cultural de la capital cántabra y de la región.
Manuel Arce fallece en Santander el 14 de junio de 2018. El galerista, escritor, editor, poeta y político mantuvo su vida entera ligada a las letras y al arte.
Teresa Santamatilde Pardo nació el día 21 de diciembre de 1929 en Santander, ciudad en la que estudió contabilidad, taquigrafía y mecanografía. Trabajando en la academia que estudió, la de Asunción Inda conoce a su futuro esposo Manuel Arce. Desde la apertura de la Galería Sur hasta su cierre, ejerció de galerista de arte, librera, editora y jefa de prensa de la propia galería. Teresa era la encargada de llevar la contabilidad de la Librería y Galería de Arte Sur, y como responsable de las decisiones económicas, la estrategia y la gestión diaria del negocio, tuvo la iniciativa de instalar un puesto de libros en la UIMP, que regentó personalmente y le otorgaba el título oficioso de "Librera del Palacio de la Magdalena".
La familia Santamatilde está muy vinculada a las artes, ya que Francisco Santamatilde, hermano de Teresa, fue un reconocido fotógrafo a nivel internacional, considerado el salvador de Altamira, ya que fue quien, en 1975, se percató de que los tonos de los colores de los bisontes y la cierva de la cueva de Altamira habían perdido esa intensidad.
El 19 de octubre de 2023, Teresa Santamatilde, fallece en Santander, habiéndose convertido en protagonista de la historia cultural y artística de su ciudad natal.
En el lugar en que se encontraba la Librería y Galería de Arte Sur, actualmente hoy se encuentra una óptica que conserva el escaparate superior con el rótulo del establecimiento en el que tanto Manuel como Teresa tanto trabajaron para posicionar a Santander como una ciudad de la cultura.
Director de cine y guionista
Ubicación de la placa: C/ Cisneros, 38
1935-2021
Mario Camus García nace el 20 de abril de 1935, en el portal número 38 de la calle Cisneros de Santander, donde se ha ubicado la placa como Ilustre de la ciudad.
Su infancia gira entre los estudios en el Colegio de La Salle, el baloncesto y las películas que ponían en los cines de Santander. Posteriormente se matricula en la Facultad de Derecho en Madrid, donde entabla amistad con Basilio Martín Patino, que se había inscrito en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), que posteriormente pasaría a ser la Escuela Oficial de Cinematografía. Fue éste quien anima a Camus a abandonar la carrera de Leyes para presentarse al examen de ingreso en esa institución.
Es durante su estancia en la Escuela de Cine cuando comienza su andadura cinematográfica, participando en proyectos de compañeros y escribiendo guiones, como la película “Los golfos” en la que colaboró para Carlos Saura. En 1963 se diploma en Dirección con la práctica de dos cortometrajes que llevaban por título “El borracho” y “La suerte”. Ese mismo año rueda su primer largometraje, “Los farsantes”, muy en la línea social de lo que se llamó durante esa década Nuevo Cine Español.
En la década de los 70 realiza un documental sobre Santander para la serie “Conozca usted España”, de Televisión Española. Fue su primer trabajo en televisión, aunque fue este medio donde ofrece una muestra de su buen hacer con series tan destacadas como “Cuentos y leyendas”, “Los camioneros”, “Curro Jiménez”, “Fortunata y Jacinta” y “La forja de un rebelde”.
Su carrera da un giro que lo afianza en el cine español, con películas que alcanzaron gran notoriedad por su fuerza expresiva, el rigor en el planteamiento de los temas (en general la postguerra española, vista desde diversos ángulos) y el trabajo general de puesta en escena, con un protagonismo indiscutible de unos actores que supieron engrandecer su oficio. Destacan las películas como "La colmena", o "Los Santos Inocentes", de gran repercusión en España y en el extranjero, que cosecharon numerosos premios.
Entre su extensa cinematografía existen varias películas vinculadas a Cantabria como “Después del sueño”, “Sombras en una batalla”, “Adosados”, “El color de las nubes”, “La playa de los galgos” o “El prado de las estrellas”.
En 2011 recibe el Goya de Honor de la Academia del Cine Español. Antes, en 1985, recibe el Premio Nacional de Cinematografía, concedido por el Ministerio de Cultura, dos Goyas de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de España y el Premio Honorífico en la Gala de las Letras de la Ciudad de Santander por su contribución a engrandecer el mundo literario, trasladando obras de renombre a la gran pantalla.
Fallece en su ciudad natal el 18 de septiembre de 2021. Sus restos descansan en el Panteón de Personas Ilustres de Santander desde el 9 de septiembre 2022.
Escritora. Fue finalista del Premio Nobel de Literatura en tres ocasiones
Ubicación de la placa: C/ Méndez Núñez, 4
1869 – 1955
María de la Concepción Jesusa Basilisa Rodríguez-Espina y García-Tagle, conocida como Concha Espina, nace en número 4 de la calle Méndez Núñez de Santander el 15 de abril de 1869, lugar donde se ha ubicado la placa como Ilustre de la ciudad y donde vive hasta los 13 años. Más tarde su familia se traslada a Mazcuerras, al domicilio de la abuela paterna.
En 1888 publica por primera vez en El Atlántico de Santander unos versos usando el anagrama Ana Coe Snichp, llegando a usar con los años hasta cinco seudónimos. En 1893 contrae matrimonio con Ramón de la Serna y Cueto, primo de la ilustre pintora María Gutiérrez Cueto, más conocida como María Blanchard, con quien comparte una gran amistad.
En 1907 gana un concurso literario organizado por la revista santanderina La Semana, cuyo jurado está presidido por Marcelino Menéndez Pelayo, con un cuento titulado “El Rabión”.
Posteriormente se traslada a Madrid con el propósito de publicar su primera novela “La niña de Luzmela”, con el apoyo de los hermanos Menéndez Pelayo y del poeta José del Río Sainz. Comienzan sus colaboraciones en el Diario ABC, en la revista Lecturas, en diarios santanderinos y en publicaciones especializadas.
En 1909, la publicación de su primera novela, “La niña de Luzmela”, le abre el camino del éxito, con una prosa de gran corrección idiomática y plena de riqueza léxica y de matices poéticos.
Desde el punto de vista cronológico, pertenece a la Generación del 98, por lo que se sitúa en la Edad de Plata de la literatura española. Su estilo es, a grandes rasgos, el de una escritora que quiso ser poeta y que se dedicó a la prosa aconsejada por Marcelino Menéndez Pelayo. En 1914 publica “La esfinge maragata” con la que recibe el Premio Fastenrath de la Real Academia Española en su quinta edición. Se trata de la primera ocasión en que se le otorga a una escritora.
En 1926 se convierte en la primera escritora española en ser candidata al Premio Nobel de Literatura, galardón al que fue nominada en 8 convocatorias diferentes, llegando a ser finalista en tres ocasiones consecutivas (1926, 1927 y 1928).
En 1927, Alfonso XIII le concede la Banda de Damas Nobles de la Reina María Luisa, entregada por primera vez por méritos literarios, y el cambio de nombre para su localidad materna, Mazcuerras, que en adelante se llamará Luzmela, en homenaje a la novela con la que se dio a conocer. Le ofrece, además, un título nobiliario, el de Marquesa de Luzmela, que ella no acepta. Ese mismo año se le concede el Premio Nacional de Literatura por su obra “Altar mayor”.
Sus obras suponen una prolongación del realismo de esa época al que se agregan elementos líricos y sentimentales. Además, Concha Espina era ajena a las innovaciones estilísticas y las preocupaciones ideológicas de su tiempo. Sus paisajes y tipos vienen a ser una renovación de la obra de José María de Pereda.
En 1950, recibe la Medalla al Trabajo. Fallece en Madrid el 19 de mayo de 1955, tras obtener numerosos reconocimientos, dejando para la historia de la literatura obras muy apreciadas por el público.
Escritora, investigadora y poeta
Ubicación de la placa: C/ Cuesta de la Atalaya, 3
1919 – 2012
Aurora Matilde Gómez Camus, conocida como Matilde Camus, nace el 26 de septiembre de 1919, en la céntrica Cuesta de la Atalaya de Santander, donde se ha ubicado la placa como Ilustre de la ciudad.
A los 28 días de nacer muere su madre, por lo que la relación con su padre y su familia paterna de Monte fue muy estrecha. Desde niña es extremadamente sensible, con una ligera tendencia a la melancolía, observadora y enamorada de la libertad que siente en el campo y de los hermosos y múltiples tonos que tiene la naturaleza en Cantabria.
Se forma académicamente en el Colegio San José y cursa Bachiller en el Instituto de Santa Clara. Fue alumna de Gerardo Diego, él ya era un poeta famoso y la distinguió con la mejor calificación. Camus fue una gran lectora, y ya desde pequeña se carteaba con Celia, el personaje creado por Elena Fortún, y con otros jóvenes lectores, mediante el suplemento infantil de Blanco y Negro: Gente menuda.
Comienza a asistir a las tertulias literarias del Ateneo de Santander, del que terminará asumiendo la presidencia de la Sección de Literatura y su esposo la secretaría. Juntos forman parte del grupo MAS (Movimiento Artístico Santanderino). El poeta Gerardo Diego es considerado su maestro, y su crítica positiva de su libro "Voces" le anima a publicarlo en 1969, que firma como Matilde Camus, en memoria de su madre. Gerardo Diego, rompe su norma y le envía un original Prólogo con música, que presenta en el Ateneo de Madrid.
Colabora también en varias publicaciones periódicas, escribiendo trabajos de investigación sobre biografías de poetas montañeses y obtuvo múltiples premios literarios, entre ellos el Primer Premio de Poesía Amigos del Arte o la Pluma de oro en la XXII Competición Internacional de la Academia Pontzen de Nápoles.
Desde 1972 es miembro del Centro de Estudios Montañeses completando así una amplia trayectoria lírica y convirtiéndose en una de las escritoras más reconocidas de Cantabria, ya que escribió 35 libros de poesía, 3 cuentos infantiles poéticos, 10 libros de Investigación, en los que analizó la historia de Cantabria. Además, realizó ensayos y ponencias en congresos.
Su profunda vinculación con el pueblo de Monte le lleva a hacer un trabajo exhaustivo de investigación sobre este lugar con obras como "Historia del Lugar de Monte", "Efemérides del Lugar de Monte I” y “Efemérides del Lugar de Monte II” en 1995. Escribe la letra del Himno de Monte, a la que puso música el Maestro D. Manuel López Fernández en 1986. Allí se conserva una exposición permanente de su obra escrita completa, su obra pictórica, premios, material de trabajo, etc., concretamente en el "Salón de Actos Matilde Camus", del Centro Cultural Fernando Ateca.
Muere en Santander 20 días después que su marido, el 28 de abril de 2012. Los restos mortales de ambos reposan en el panteón familiar en el Cementerio de Monte, según sus deseos.
Fotógrafo y pintor
Ubicación de la placa: C/ Hernán Cortés, 59
1922-2019
Ángel de la Hoz nació en Solares el día 5 de abril de 1922, en una familia aficionada a la fotografía.
En su trayectoria profesional se pueden distinguir diferentes etapas. Durante su formación monta un estudio de pintura con el pintor y ceramista Miguel Vázquez. Estos años practica la técnica fotográfica, para posteriormente abrir al público su estudio de fotografía en Santander, en el que se especializa en el retrato. Más tarde toma contacto con el grupo Proel, con el que colabora gráficamente en sus publicaciones.
Durante los años cincuenta organiza cuatro exposiciones, alternando las de fotografía con las de pintura, tanto en Santander, como en Torrelavega, Reinosa, Vigo, Gijón y Valladolid. Practica e introduce en Cantabria la técnica pictórica del monotipo. Más tarde funda con Fernando Baños la Sala de Arte Delta y obtiene el Primer Premio Nacional Negtor de Fotografía. De esta época es también su colaboración con la Agrupación Fotográfica de Almería, agrupación renovadora de la fotografía en España.
En los setenta cierra al público su estudio fotográfico para dedicarse con más intensidad a la ilustración, con publicaciones como el Libro de Santillana, las primeras portadas en color de las revistas Arte Fotográfico y Luna y Sol, o el cartel de la primera edición del FIS. Así mismo realiza diversas colecciones para ediciones de libros, carteles y fotografías murales, como las de “El Románico” y “Museos de Cantabria”.
En 1978 forma parte de la directiva de la Asociación de Artistas Plásticos de Cantabria y en 1979 funda el colectivo Cagiga, con el que realiza exposiciones en Torrelavega, Ávila y Madrid.
Dentro de su faceta como investigador participa en la publicación “Cien años de fotografía en Cantabria” y en “La Enciclopedia de Cantabria”. A estas actividades se suma también su interés por el patrimonio fotográfico, llegando a dirigir el antiguo Archivo Fotográfico Municipal de Santander, actual CDIS.
A principios de los noventa se jubila de la fotografía profesional para dedicarse de lleno a la pintura y a la publicación libros. Desde el año 2007 la sala de exposiciones del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS) lleva su nombre, siendo también uno de los principales valedores, al donar en 2014 su archivo fotográfico personal, más de 18.000 imágenes, en diferentes formatos.
Falleció en Santander el 23 de febrero de 2019 convirtiéndose en uno de los nombres más destacados en la historia de la fotografía.
Como homenaje al gran pintor y fotógrafo Ángel de la Hoz se ha ubicado la placa como Iluste de Santander, en la fachada de la calle Hernán Cortés, 59, donde vivió.
Poeta, crítico, novelista y traductor
Ubicación de la placa: C/ Amós de Escalante, 2
1831-1902
Amós de Escalante y Prieto nace en Santander el 31 de marzo de 1831, en la casa en la que se ha colocado la placa como Ilustre. Su padre, Cornelio de Escalante, era alcalde de la ciudad, y su madre Petronila Prieto, descendiente de prestigiosos linajes montañeses. Estudia en el Instituto Cántabro, como hicieron José María de Pereda y Marcelino Menéndez Pelayo. En 1960 se licencia en Ciencias Físicas, Matemáticas y Químicas en la Universidad Central de Madrid y posteriormente viaja por Italia, Francia, Inglaterra y Alemania. Entre 1865 y 1866 trabaja interinamente en el Ministerio de la Gobernación. No obstante, su pasión y vocación literaria, le llevó participar con artículos en la prensa santanderina y madrileña.
En marzo de 1860 fallece su madre, y a partir de ese momento su actividad literaria se multiplica en diversos periódicos. En 1880 se casa con María de la Colina y de la Mora y se traslada a la capital cántabra, que ya no abandonará hasta su muerte.
Destaca su amplia cultura y dedicación a la literatura como colaborador en la prensa, poeta, crítico, novelista y traductor. Fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Española, individuo de la Comisión de Monumentos de Santander, cronista de la Provincia y caballero de la Real y distinguido con la Orden de Carlos III. En 1871 fue propuesto en la Real Academia de la Historia por Aureliano Fernández Guerra, Francisco Javier de Salas, Facundo Riaño y José de Godoy y Alcántara, siendo admitido en la Junta de la Academia del 12 de enero siguiente.
Como periodista colaboró en El Semanario Pintoresco Español, La Época, La Ilustración Española y Americana y, en Santander en La Atalaya, El Boletín de Comercio y El Atlántico además de la Revista cántabro-asturiana, entre otras publicaciones.
Emplea tanto la prosa como el verso, firmando con el seudónimo de Juan García.
Sus aficiones arqueológicas y eruditas y el apego a las tradiciones de su tierra, así como su preferencia por la estética del romanticismo, le llevaron a cultivar con éxito el género de la novela histórica.
Entre sus libros más destacados se encuentran “Costas y Montañas”, publicado el 1871, o “La mujer de Santander”, publicado en 1872. En 1899 dio a conocer el trabajo “Antigüedades de Cantabria”, donde aludía al descubrimiento efectuado por su cuñado, Marcelino Sanz de Sautuola, de las pinturas de la cueva de Altamira.
Es uno de los miembros más destacados de la escuela montañesa. Muere el día 6 de enero de 1902 en la casa en la que vivió toda su vida, ubicada en el barrio santanderino de Becedo. Como homenaje a su legado, persona y talento, desde el año 1907, la calle lleva su nombre.
Concertista de piano
Ubicación de la placa: C/ Marcelino Sanz de Sautuola, 15
1941-1995
José Francisco Alonso Rodríguez nació en Santander el 16 de abril de 1941. De niño destacó por su gran pasión hacia la música, especialmente al piano, iniciando sus estudios de la mano de Teresa Fernández Pondo y Lutgardo Morgañón. Posteriormente continúa en Madrid gracias a una beca, recibiendo clases de Julia Parody, completando más tarde su formación en la Academia Santa Cecilia de Roma. Gana el Concurso de Piano de Positano y gracias a este premio fue admitido en Munich por el Profesor Wilhelm Kenff. Regresa a estudiar a en París, y después se traslada a Saltzburgo y Viena, donde sigue viviendo hasta el final de su vida, alternando con Santander.
Debutó en el Konzerthause de Viena. Tocó en Europa del Este (por ejemplo, en la casa natal de Chopin, en Zalazowa), en Naciones Unidas y Asia. Fue el primer español que dio un concierto en la República Popular China, en 1982, motivo por el que ese año fue seleccionado "Montañés del Año" por el Ateneo de Santander.
Como solista actuó, entre otras, con la Orquesta Sinfónica de Praga, la Filarmónica de Stuttgart, la Camerata de Salzburgo, la Filarmónica Nacional de Hungría, la Sinfónica de Viena y la Orquesta de la Suisse Romande.
En 1986 fue nombrado director del Conservatorio Ataúlfo Argenta, de su Santander natal, con el objetivo de crear un centro de excelencia musical. Como profesor y gran intérprete de piano se propuso transmitir su técnica y estilo a los alumnos, por lo que realizó encuentros y cursos dedicados a la interpretación de las sonatas para piano de Beethoven, Schubert y Mozart. Así, en septiembre de 1986 organiza el ”I Curso Internacional de las Sonatas de Beethoven” en el Conservatorio Municipal. Poco después abandona el cargo de director del centro, pero fue tal su estela que el aula nº1 del centro recibió su nombre: “Aula José Francisco Alonso”.
Fundó en 1988 The Vienna International Pianists, para el fomento de jóvenes pianistas. Fue jurado-asesor del Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea y del Festival Internacional de Santander, evento en el que participó en varias ocasiones, así como en los internacionales de Tokio, Leeds, Moscú y algunos más. En 1992, fue nombrado Embajador Cultural de la ciudad de Kezen, Japón.
En los últimos veranos de su vida organizó Cursos Internacionales de piano en el Schloss Loosdorf, Austria, con asistencia de alumnos japoneses, chinos, cubanos, brasileños y españoles.
Falleció el día 22 de marzo de 1995 en Mistelbach, en Austria, convirtiéndose en uno los músicos españoles más importantes y reconocidos en el ámbito internacional, que interpretó música española y clásica en países tan distantes como los Emiratos Árabes, Japón, China, Cuba, India, Rusia, Brasil y Polonia, además de habitualmente en Austria y España, especialmente en Cantabria.
Debido a su fama de carácter internacional se ha decidido ubicar una placa como Ilustre de la ciudad de Santander en el edificio en el que nació y vivió.
Presidente del Centro de Estudios Montañeses e Historiador de la Filosofía Española
Ubicación de la placa: Plaza de Pombo, 4
1880-1958
Marcial Solana González-Camino nació el 7 de octubre de 1880 en el seno de una familia culta, concretamente en el edificio en el que se ha ubicado la placa como Ilustre de Santander.
Estudió Filosofía y Letras y Derecho en Deusto, y se doctoró en Filosofía y Derecho en la Universidad Central de Madrid. Dedicó parte de su vida a la investigación y al estudio y convirtiéndose en un escritor polifacético, ya que es autor de obras de Filosofía, Historia, Política, Sociología y Teología.
Fue académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, presidente del Centro de Estudios Montañeses, miembro de entidades como la Sociedad Menéndez Pelayo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, e incluso fue nombrado Caballero de la Orden de Malta. Participó muy activamente en el desarrollo de la vida cultural de Santander (Biblioteca de Menéndez Pelayo, Ateneo, UIMP, Instituto Santa Clara, etc.)
El amor por su tierra le llevó a dar el paso a la actividad política y fundar un sindicato agrario en el valle de Villaescusa, localidad de la que fue alcalde en la primera década del siglo XX.
Ejerció como Cronista del Real Valle de Villaescusa, municipio en el que estaba su casa familiar, concretamente en La Concha, en la que se dedicaba al estudio y al descanso. Representó a Santander en las Cortes en 1916. Fue jefe regional del Partido Integrista en Castilla la Vieja y resultó elegido diputado a Cortes en 1916. En 1931 pasó a pertenecer a Comunión tradicionalista.
Su obra más célebre es la "Historia de la Filosofía Española. Época del Renacimiento (Siglo XVI)", en la que muestra la inmensa labor intelectual que realizaron los pensadores españoles de ese periodo. Obtuvo varios galardones, como el Premio Conde de Torreánaz (1928) y el Premio Echegaray (1940).
Falleció en la ciudad de Santander el 15 de octubre de 1958 y fue enterrado en el panteón familiar del cementerio de La Concha de Villaescusa.
Cirujano y escritor
Ubicación de la placa: C/ Santa Lucía, 51
1850-1942
Enrique Diego-Madrazo y Azcona nació en Vega de Pas el 28 de febrero de 1850. Allí cursa los estudios primarios, y posteriormente se traslada a Valladolid, donde consigue el grado de Bachiller en Artes. Más tarde obtiene el doctorado en Medicina y Cirugía en la Universidad de Madrid.
Nada más obtener este doctorado, ejerce la Medicina en el pueblo de Espinilla (Reinosa), hasta que en 1874 visita Alemania, país donde recibe las enseñanzas de Von Wolkman. Es entonces cuando se interesa por las enseñanzas de Claude Bernard, Pasteur y Lister sobre Fisiología, Microbiología y Antisepsia, convirtiéndose en uno de los primeros médicos españoles que las aplica. En 1876 oposita al cuerpo de Sanidad Militar y se hace cargo de una Sala del Hospital Militar de Madrid.
En 1893 es nombrado director del Hospital de San Rafael de Santander, pero al año siguiente decide ejercer por su cuenta y funda un sanatorio en su pueblo natal, Vega de Pas. Avalado por el éxito de éste decide abrir otro en Santander, clausurando el anterior, con mayor capacidad de pacientes y medios, convirtiéndose en un hospital de referencia internacional que atrajo a principios del siglo XX a numerosos miembros de la comunidad científica. En Santander forma una Escuela de Médicos y Cirujanos Locales y edita un Boletín de Cirugía del sanatorio.
El Doctor Madrazo es una de las figuras que debe incluirse dentro del regeneracionismo español por sus inquietudes como médico, pedagogo y autor teatral. En 1910 aplica sus novedosos métodos pedagógicos en las escuelas públicas de carácter laico, que fundó en Vega de Pas, con el objetivo de que el niño tuviera libertad y estuviera en contacto con la naturaleza.
Consolidando sus inclinaciones literarias por el ensayo, la política y el teatro sobre el cultivo de la especie humana, de 1912 a 1913 se convierte en empresario del Teatro Español de Madrid, contando con el apoyo incondicional de su amigo y escritor Benito Pérez Galdós.
Fallece en Santander el 8 de noviembre de 1942, dejando tras de sí un legado científico y cultural que engrandece no solo a esta capital de La Montaña sino a toda la comunidad autónoma.
La placa como Ilustre de la ciudad de Santander se ubica en el número 51 de la calle Santa Lucía, lugar donde se ubicó el Sanatorio del Doctor Madrazo desde 1896 hasta 1982, fundado por esta figura que supo absorber todos los avances médico-quirúrgicos de Europa en la segunda mitad del siglo XIX para aplicarlos después en España, especialmente en lo relativo a la asepsia y antisepsia y experimentación científica que rebasó con creces sus previsiones y sería posteriormente aplicada en todos los hospitales de la Nación.
Arquitecto
Ubicación de la placa: C/ Gómez Oreña, 15
1843-1895
Atilano Rodríguez Collado nace en Santander en el año 1843 y estudia en la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid, en la que obtiene el título en 1866. Antes de concluir su formación, en 1864, logra la Medalla de Plata con la ejecución de una Ermita, en la Exposición Internacional de Agricultura Industria y Bellas Artes, celebrada en Bayona. Posteriormente, y con otro de sus proyectos, fue galardonado con la tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1867.
Nada más finalizar sus estudios es nombrado jefe de construcciones civiles de provincia y municipales en Pontevedra, donde residió varios años y dirigió importantes construcciones. Por asuntos familiares abandona Pontevedra y vuelve a su ciudad natal, siendo nombrado arquitecto municipal y provincial de Santander.
Su carrera como arquitecto municipal comenzó con la urbanización de las zonas marginadas en las que se encontraba la actividad comercial de la ciudad; entre ellas, el camino que llegaba hasta el Sardinero rodeando la Bahía, la Alameda Primera y la Plaza de Numancia.
Su estilo, basado en un lenguaje muy ecléctico en formas y medios, caracterizó la arquitectura de la época, además de una racionalización espacial que alentaba la creación de nuevas arquitecturas. Este tipo de arquitectura resultó clave en la composición urbanística del Santander que conocemos en la actualidad.
Otro de los cargos que desempeñó fue el de Jefe de los trabajos de la Compañía concesionaria de los Muelles de Maliaño, y más tarde, Director de las Cátedras de Dibujo en el Instituto Carbajal de Santander.
Rodríguez Collado fue arquitecto personal del reconocido empresario Juan Pombo, participando en los proyectos del antiguo Casino, el Gran Hotel y la casa-palacio de los Pombo. Del mismo modo, participa junto a Severiano Cecilia, en la construcción de la primera sede del Banco Santander en el Paseo Pereda en 1875, que dio paso al gran edificio dividido por un gran arco sobre la calle Marcelino Sanz de Sautuola, que constituye uno de los grandes hitos urbanísticos de Santander.
Igualmente, entre los años 1872 y 1892, realiza importantes obras en el centro de la ciudad, como la prolongación del Muelle de Calderón y algunas remodelaciones que dieron lugar al aspecto definitivo de la Plaza de Pombo o a la de Cañadío. Construye el Colegio San José y seis años más tarde uno de sus edificios más singulares, la casa del ginecólogo Joaquín Cortiguera.
Su buen gusto, elegancia y racionalización del espacio, le llevó a ser un arquitecto muy conocido y adelantado a su tiempo, ya que también apostó por la modernización y la creación de nuevas arquitecturas, siendo pionero en la introducción de elementos que facilitaran la vida de las personas. Fue el primer arquitecto en introducir un montacargas en uno de sus edificios y también en instalar un aljibe para el uso del agua. Por todo ello, Atilano Rodríguez fue premiado en varias exposiciones internacionales y una nacional.
Entre sus obras más emblemáticas también se encuentra el Club de Regatas, así como una serie de viviendas en las principales calles de la ciudad, como es el caso del edificio ubicado en la calle Gómez Oreña número 15, en el que se ha ubicado la placa como personaje ilustre de Santander debido a que fue donde vivió hasta fallecer el 20 de abril de 1895.
Pintor y escultor
Ubicación de la placa: C/ Florida, 13
1930 – 2012
Enrique Fernández Criach nació en Santander el 5 de marzo de 1930, en el edificio ubicado en la calle La Florida 13, donde se ha colocado la placa como Ilustre de la ciudad. Es en esta ubicación donde además vive durante años, y donde empieza a desarrollar un talento innato para el arte y la escultura.
Gracias a una beca de la Diputación de Santander estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, coincidiendo con la generación de Enrique Gran, Eduardo Sanz y Agustín de Celis. Es en esta Escuela donde obtiene los primeros premios de dibujo y de pintura, así como el Premio Extraordinario de Escultura fin de carrera Molina Higueras.
En 1968 es invitado a participar en la Olimpiada Cultural de México y, a partir de entonces vive tanto en México como en Santander. En ambas ciudades se reconoce su talento con la entrega, en 1981, de la Medalla de Oro por la Sociedad Cántabra de México que, además, lo nombró Hombre del año y, posteriormente en 1982 fue elegido Personalidad del año en Santander. Cuenta también con el título de Académico de Mérito en la Academia Internazionale di Pontzen, di Lettere, Scienze e Art de Nápoles, Italia y ahí mismo obtuvo las Palmas de Oro.
Fernández Criach destaca por una prolífica obra pictórica y escultórica que va desde el clásico hasta el expresionismo gestual. Como pintor ha retratado a personalidades como Plácido Domingo, presidentes mexicanos o altos políticos israelíes. Como escultor ha realizado monumentos como el dedicado a Sor Juana Inés de la Cruz ubicado en el Parque del Oeste de Madrid, y el magnífico conjunto escultórico “Homenaje a México” ubicado en la Plaza de México de Santander, que representa a tres figuras humanas que simbolizan las tres etnias más representativas del país, (blanco, indio, mestizo) lanzando al aire un águila, símbolo de México.
Sus obras han traspasado las fronteras españolas llegando a México, Israel, Estados Unidos, Grecia, Dinamarca, Noruega o Alemania. Entre sus numerosas exposiciones, efectuadas tanto en recintos públicos como privados, destacan las de Museo de Bellas Artes de Santander (1982, 1985, 1988) y la de la Sala Joan Miró del Palacio de Congresos de Madrid (1999).
Fallece el 30 de septiembre de 2012 habiendo creado obras excepcionales que han perdurado a lo largo del tiempo y que han dejado una marca imborrable en la ciudad de Santander. Podemos encontrar parte de su obra expuesta en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS).
Navegante por la paz
Ubicación de la placa: Avda. Camilo Alonso Vega, 33 (Colegio La Salle)
1933-2020
Vital Alsar Ramírez nació el 7 de agosto de 1933 en la calle Alta de Santander. Su infancia se desarrolla en continuo contacto con la naturaleza, sobre todo con el mar, paralela a los bombardeos de la Guerra Civil y el incendio de Santander de 1941. Se gradúa en 1950 el Colegio La Salle, por lo que se ha decidido ubicar la placa en la entada del colegio.
La lectura del libro sobre la expedición de Thor Heyerdahl, la Kon-Tiki, un viaje a través del Pacífico sobre una balsa, le llevó a plantearse hacer realidad su sueño: cruzar el Pacífico en balsa.
Aventurero, idealista y soñador, comenzó a forjar su leyenda en 1956 cruzando el Océano Pacífico desde Ecuador hasta Australia en primitivas balsas “Huancavilcas” de siete troncos, construidas por él y su tripulación como antaño. Rindiendo un sentido homenaje a los antiguos nautas precolombinos y a los descubridores españoles cruzó mares y océanos en galeón o en bergantines, en trimarán, o a remolque. Expediciones con naves de madera, siempre ideadas por él mismo para sus estudios oceánicos y utilizadas como vehículo para promulgar la paz mundial.
El expedicionario transoceánico pudo demostrar que la civilización y el poblamiento humano no circuló del Este al Oeste, sino del Oeste al Este. Estudios marinos siempre acompañados del trapo blanco en lo alto del mástil principal de sus embarcaciones de madera, como símbolo y mensaje de paz para el mundo.
Vital Alsar fue un gran comunicador, de fuertes valores y especial arraigo a su tierra natal. Ligero de equipaje e incorruptible con su causa, entregó buena parte de su vida a propagar un mensaje de paz para el hermanamiento entre civilizaciones.
Su película ”Pacific Challenge” (El reto del Pacífico), rodada durante la expedición “Las Balsas” y reconocida con una nominación al Óscar a mejor documental, así como el resto de sus filmaciones y obras literarias han obtenido numerosos galardones internacionales. Los restos de las embarcaciones y recuerdos de expediciones localizados en distintos países, son un legado que la Asociación Vital Alsar trabaja por preservar y patrimonializar, para que los mensajes y estudios marinos de Vital Alsar sigan inspirando a las presentes y futuras generaciones.
Vital Alsar es un símbolo de la cultura oceánica universal y su ciudad natal, Santander, recoge parte de su legado con un colegio que lleva su nombre, esculturas en su honor, y con el museo al aire libre en el recinto de La Magdalena, donde se pueden contemplar los tres galeones utilizados en la travesía por el Océano Atlántico. Junto a ellos, se sitúa la réplica de la balsa de madera con la que cruzó el Océano Pacífico en 1970.
El navegante santanderino falleció el 15 de septiembre de 2020 en Acapulco (México) recibiendo al año siguiente, a título póstumo, la Cruz al Mérito Civil concedida por el Gobierno de España por haber sido "un ciudadano ejemplar que llevó el nombre de su tierra por todo el mundo".
Maestro y pedagogo
Ubicación de la placa: C/ Lope de Vega, 15-A
1896-1983
Policarpo Jesús Revaque Garea, más conocido como Jesús Revaque, nace en Serrada (Valladolid) el 26 de enero 1896. En 1913 obtiene el título de Maestro de Primera Enseñanza Superior en la Escuela Normal de Valladolid, completando su formación docente en Bélgica, Holanda y Suiza, lugares en los que aprende nuevas filosofías pedagógicas y técnicas didácticas.
Llega a Cantabria en 1918 para cumplir el servicio militar en Santoña y posteriormente se traslada a Santander, becado por la Diputación Provincial de Santander para poner en marcha una Oficina de Orientación Profesional, idea que él mismo presentó para mejorar la elección del futuro oficio de los alumnos. Ejerce de maestro en las Escuelas de Numancia, y, de director del Grupo Escolar Menéndez Pelayo, poniendo en práctica nuevos métodos de enseñanza: Decroly, Montessori, la técnica Freinet… Instruye a los alumnos a utilizar barómetros y veletas para observar y pronosticar el tiempo meteorológico; cuenta con un piano, un proyector de películas sonoras, imprenta (con la que se imprimía un periódico escolar), e incluso colabora con La Barraca en una representación de esta agrupación dirigida por Federico García Lorca que tuvo lugar en el patio escolar.
Revaque era una persona con gran inquietud intelectual, buen comunicador, respetuoso y tolerante con aquellos que tenían ideas opuestas a las suyas. Al estallar la Guerra Civil es nombrado director de El Diario Montañés, al frente del cual permanecerá hasta mayo de 1937 cuando se exilia, primero a Francia y después a México, donde fue nombrado director del Colegio Madrid. Allí continúa desarrollando la ideología pedagógica que puso en práctica en España. El Colegio Madrid fue reconocido por los mexicanos como uno de los centros más prestigiosos del país.
Destaca también su labor de divulgador, siendo un asiduo conferenciante en Casas del Pueblo y Ateneos, tratando siempre de forma didáctica el tema de la educación. Escribió casi 400 artículos que iban apareciendo semanalmente en el periódico El Cantábrico. Sus escritos se referían a la enseñanza propiamente dicha, a la preocupación por la necesidad de crear escuelas rurales y la atención a los niños desfavorecidos; y, por otro lado, a la importancia de formar maestros y maestras, su perfeccionamiento permanente durante toda la vida y sus reivindicaciones.
Después de jubilarse en 1971, tras dedicar 53 años a la enseñanza, Jesús Revaque muere en Ciudad de México el 31 de octubre de 1983, a los 87 años de edad.
Su obra fue conocida en toda Europa y reconocida por la Sociedad de Naciones en varias ocasiones, por ello desde el año 2022 cuenta con una calle en la ciudad de Santander, y se ha decidido rendirle homenaje en la entrada del colegio en el que fue director de 1928 a 1937 ubicando la placa como Ilustre de la ciudad.
Marino e historiador
Ubicación de la placa: C/ Paseo de Pereda, 4
1923-1985
Rafael González Echegaray nació en Santander el 24 de septiembre de 1923, en el seno de una familia de comerciantes y escritores. Su padre tenía un despacho, por lo que su infancia transcurrió entre el trasiego de los buques por el puerto. Su juventud estuvo marcada por dos hechos trascendentales: la Guerra Civil Española y el incendio de Santander de 1941.
Inicia sus estudios como marino mercante en la vieja Escuela Náutica de Santander, donde años más tarde ejerce de profesor de Economía Marítima, pero se gradúa en la Náutica de Bilbao en 1943. Navega cinco años en buques españoles, en plena Segunda Guerra Mundial, ejercicio en el que alcanzó el grado de Oficial de la Marina Mercante y de la Reserva Naval.
Mientras navega estudia Derecho, licenciándose en Oviedo en 1948, fecha en la que gana las oposiciones al Cuerpo de Fiscales Municipales y Comarcales. En 1974 obtiene la plaza de Fiscal Municipal n.º 1 de Santander.
Sin embargo, su actividad profesional está vinculada al derecho marítimo, siendo vocal de la Asociación de Navieros Españoles; Asesor Letrado de la Asociación de Armadores y Consignatarios del Puerto de Santander; Secretario de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santander; miembro de la Asociación Española de Derecho Marítimo; miembro fundador y titular de la Asociación Española de Liquidadores de Averías; miembro de la Association of Average Adjuster de Londres y miembro titular de la Association Internationale des Despaucheurs Europeens de Amberes. En 1953, con sólo 30 años, es nombrado Director Adjunto a la Presidencia de la primera naviera de España: La Compañía Trasatlántica y en 1958 Subdirector General de la misma, cargo que ocupó hasta 1964.
Durante su trayectoria desempeña cargos como Delegado Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia en Santander, Presidente de la Diputación Provincial de Santander y Procurador en Cortes por las legislaturas IX y X. También fue Presidente de la Fundación Marqués de Valdecilla, Presidente de la Institución Cultural de Cantabria y Gobernador Civil de Santa Cruz de Tenerife.
Pero su más profunda vocación fue la historia marítima de los dos últimos siglos, a la que dedicó cerca de cuarenta años y que se plasmó en más de cuatrocientos artículos y colaboraciones en la prensa diaria, ciento cuarenta trabajos publicados en las revistas de la especialidad y cuarenta libros escritos.
Fruto de su trabajo como historiador fue su adscripción a diversas instituciones; fue miembro del Centro de Estudios Montañeses, director fundador del Instituto de Estudios Marítimos Juan de la Cosa, director del Grupo de Investigador Oquendo, del Instituto de Historia y Cultura Naval, consejero de número de la Institución Cultural Cantabria y Vocal del Patronato del Museo Naval de Madrid, entre otros.
Por su labor científica y profesional se le nombra miembro de la Real Academia de la Historia y se le concede en tres ocasiones el Premio Nacional Virgen del Carmen, así como también el Premio Nacional Roger de Laura. Desde 1968 ostentaba la Cruz del Mérito Naval, en 1972 se le concedió la Gran Cruz del Mérito Naval y en 1974 la Gran Cruz del Mérito Civil. Era socio de honor de la Asociación Nacional de la Marina Mercante y del Real Club Marítimo de Santander.
Rafael González Echegaray fallece el 2 de enero de 1985, en el número 4 del Paseo de Pereda, donde está ubicada la placa como ilustre de Santander, escribiendo hasta el último momento sobre su atentica pasión: la mar y los barcos.
Buzo Mayor del Cantábrico
Ubicación de la placa: Centro de Formación Náutico Pesquera de Santander.
Av. Severiano Ballesteros, s/n
1920-1994
Alonso González Fernández nació el 12 de abril de 1920 en la villa marinera de Suances. Tras estudiar en los Salesianos de Laredo, traslada su residencia familiar a Santander, concretamente al emblemático barrio de Puertochico.
Alonso González, “El Buzo”, comienza a trabajar con su padre, buzo de profesión, a los 14 años, concretamente en la construcción de los pilares primigenios de hormigón del Real Club Marítimo de Santander (del que fue nombrado en 1988 “Miembro de Honor”).
Su actividad profesional en solitario comenzó con las recuperaciones y demoliciones submarinas con explosivos, centrándose en el desguace de buques hundidos para venderlos posteriormente como chatarra. Posteriormente se especializó en las construcciones y reparaciones de muelles y diques, desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo, incluyendo pantanos y ríos. Participó también en la construcción del Puerto Olímpico de Barcelona, así como en numerosos muelles de traque en toda la geografía nacional. Otra de sus actividades profesionales fue la reparación de buques a través de la técnica de corte y soldadura submarina, así como en el salvamento de los mismos, a través del método de reflotamiento.
Colaboró con la Junta del Puerto de Santander y con Astander, realizando labores de mantenimiento y reparación de las infraestructuras del propio Puerto, así como de los diques secos de los astilleros de Astander.
Creó sus propias empresas de salvamento y obras marítimas y trabajó tanto para entidades privadas, como para administraciones civiles y militares.
Gracias a su colaboración desinteresada con la Armada Española, como por ejemplo en la búsqueda de personas desaparecidas en el mar, en la reparación del buque Marqués de la Ensenada tras el atentado de ETA, en el descubrimiento del Acorazado España (hundido frente a las costas de Santander en 1937), recibió condecoraciones como la del Título Buzo Mayor del Cantábrico, dos Cruces al mérito naval o el derecho a utilizar el distintivo de Buceo de la Marina (siendo el primer civil al que se le concedió).
Siempre tuvo una gran inquietud por la formación y por ello luchó, junto con otros impulsores, para que se creara la Escuela Oficial de Buceo en la Escuela Náutico-Pesquera de Santander, de la que fue director, y donde se ha ubicado la placa como Ilustre.
Entre los trabajos realizados en Santander destaca la construcción de los pilares del Real Club Marítimo, el mantenimiento de los muelles de la ciudad, el relleno de terrenos situados en Raos, voladuras de roca en el fondo de la Canal de la Bahía, dragado, limpieza y mantenimiento de las piscinas del focario de la Península de la Magdalena y la donación de anclas, cañones y otras partes de barcos hundidos para su exposición en espacios públicos de la ciudad, como por ejemplo el ancla que está situado junto a la entrada de la playa de los Peligros.
“El Buzo” fue una persona vinculada toda su vida a la mar y una de las figuras emblemáticas del Puertochico de la segunda mitad del siglo XX, donde tuvo amarrada durante muchos años su flota de barcos de trabajo y gabarras. En este barrio santanderino falleció el 25 de julio de 1994. Al margen del lado humano de Alonso, “El Buzo”, es recordado por quienes le conocieron como una persona generosa, inteligente y socarrona, capaz de tratar de la misma manera al más humilde de los pescadores que a la más alta autoridad de la Armada.
Marqués de Casa Pombo, promotor y político
Ubicación de la placa: C/ Infantas, 3
1815-1889
Juan Pombo Conejo nació el 9 de agosto de 1815 en el municipio palentino de Villada. A los 16 años se traslada a Santander, para comercializar el trigo y la harina que su familia producía en Tierra de Campos.
Una década después combina los negocios harineros con la construcción de buques de vela destinados al comercio ultramarino, contando con una flota de cuatro fragatas, dos barcos a vapor y un bergantín, además de su otra fragata “Don Juan”, el mayor buque de vela de la bandera nacional.
En 1857 aparece el primero en la relación de socios fundadores del Banco de Santander. En la refundación y ampliación de capital del Banco, en 1875, tuvo un papel relevante junto con sus hijos. Creó y fue miembro del Consejo de Administración de las Sociedades de Crédito “Unión Mercantil” y “Crédito Cántabro”, de la Compañía de Ferrocarriles de Isabel II, promotora y concesionaria del ferrocarril Alar-Santander, de la Compañía de Seguros Marítimos de Santander y de la S. A. para el abastecimiento de aguas de Santander, iniciativa que apoyó desde su escaño en el Senado de España.
Hacia 1870 figura entre los principales fabricantes de harinas de Castilla, llegando a ser el primer productor del país y su firma es una de las exportadoras esenciales de este producto. Fue propietario de tierras y palacios en Valladolid y Palencia.
Juan Pombo revolucionó la urbanización de la actual zona céntrica de Santander. Trazó con grandes construcciones el entorno occidental de la “Plazuela de Pombo”, parte de cuyos terrenos cedió a la ciudad a condición de que nunca se edificara en ellos. En el frente oeste de esta plaza ubicó la casa-palacio de su propiedad, actual sede del Real Club de Regatas. Contribuyó a la construcción de la iglesia de Santa Lucía, además donó su altar, gradas y comulgatorio de mármol de Carrara, elaborados en Génova por Giovanni Battista Calegari, y participó en la edificación de la capilla de San Roque en el Sardinero.
En 1872 se creó la Junta de Obras del Puerto de Santander, quedando constituida el 6 de junio, siendo uno de sus fundadores y principales valedores.
A mediados del siglo XIX era uno de los mayores propietarios de terrenos de El Sardinero, abrió los accesos a la Primera playa del Sardinero y construyó el Casino, que regentó. Fue propietario de varios hoteles de la zona y promotor, junto con sus hijos Arturo y César, del balneario ubicado en la playa, así como del tren-tranvía de vapor que transportaba a los veraneantes desde la ciudad a aquel paraje. A él se debe la creación del veraneo santanderino.
Fue alcalde de Santander entre 1867 y 1868, cuando, a causa de la revolución de que destronó a Isabel II, pasó a ejercer de teniente-alcalde. Perteneció al partido la Unión Liberal y posteriormente le disolvió, participó en la restauración borbónica. En la Segunda Guerra Carlista formó parte de la Junta de Defensa de la ciudad, contribuyendo a la retirada de las tropas. Fue senador del Reino por la provincia de Valladolid en las legislaturas de 1872, 1876, 1877 y 1878-1880 y por la provincia de Palencia en la legislatura de 1881-1882.
En 1872 un Real Decreto de Amadeo I de Saboya otorgaba a Juan Pombo Conejo el Marquesado de Casa Pombo. Tanto dicho monarca como Isabel II y sus hijas, se alojaron en la que fue la residencia estival de El Sardinero, “Villa Piquío”, propiedad de su hijo José Pombo Villameriel desde 1870.
El 27 de mayo de 1889 Juan Pombo Conejo fallece en su casa-palacio, donde vivió desde 1884 y en cuya fachada se encuentra la placa que lo acredita como Ilustre de Santander. El mismo día de su muerte, el pleno del Ayuntamiento acordó nombrarle Hijo Adoptivo de la Ciudad y enterrarle en el panteón de personas ilustres del cementerio de Ciriego. Desde 2001, la antigua plaza de la Libertad, más tarde de José Antonio, pasó a denominarse, como antaño, Plaza de Pombo.
Payasos y directores del Circo Atlas
Ubicación de la placa: C/ Cuesta de la Atalaya, 32
José “Pepe” Villa del Río | 1921-2004
Manuel “Nolo” Villa del Río | 1928-1982
José Villa del Río, popularmente conocido como “Pepe” nace el 30 de enero de 1921 en la calle Zapateros, que comenzaba en la actual cuesta de la Atalaya 32, en la que se ha ubicado la placa como Ilustre de Santander; y en la que también aparece su hermano y compañero Manuel Villa del Río, más conocido como “Nolo”, que nació en la misma casa familiar, el 18 de junio de 1928.
"Pepe" comenzó desde muy pequeño a jugar a los payasos en la calle Zapateros, pintándose la cara con tiza y carbón y allanando una pista de la calle, en la que poder contar a los demás niños historias cómicas escenificadas.
Comenzó su carrera artística durante la Guerra Civil animando a los heridos ingresados en los hospitales. En 1937 realizó actuaciones, como Jovirio, en el Casino de Santander y en el Hogar Cántabro de la ciudad, encontrando en su don natural para suscitar sonrisas y risas, no sólo una manera de ganarse la vida, sino una manera de ser. En 1938 trabajó en el Hospital Valdecilla con el nombre de Tonetti y en 1941, en la compañía de variedades “Los Bocheros”. Actuó en salones de baile y cines por el norte español, en salas de Madrid: Teatro Chamberí, Ribera de Curtidores, Café Atocha y colaboró con el Circo Cirujeda. Su primera gira circense fue con el Circo Romero, 1946; a finales del mismo año estuvo con el empresario Corzana en el Teatro Circo Balear. El siguiente lo inició en Portugal en el Coliseo dos Recreios de Lisboa y el de Oporto y realizó la temporada con el Circo Americano, con el que estuvo hasta 1955.
En 1953 propone a su hermano “Nolo” dedicarse al mundo artístico, formando el grupo Hermanos Tonetti, nombre elegido en honor al payaso italiano Antonet. La primera actuación tuvo lugar durante las Fiestas del Pilar de 1953 en Zaragoza, cuando ambos formaban parte del Circo Americano.
Los Hermanos Tonetti hicieron sociedad con Salvador Hervás, director de Radio Circo, en 1956. Y en la temporada siguiente, crearon el Circo Atlas, que se llegó a convertir en uno de los más reconocidos, tanto en España como en Europa. Ofrecían programas de calidad e interés cada año con la presencia de grandes artistas nacionales e internacionales. Llegando a contar con una nómina de 70 empleados.
“Nolo” representaba al carablanca, en principio “el listo”, que vestía unos impecables pantalones y chaquetilla con bordados de lentejuelas, guantes y tocado con el tradicional cono blanco. Su hermano “Pepe”, hacía el papel del augusto en apariencia “el tonto”, despistado y desgarbado, vestía trajes de cuadros grandes y llamativos, sombrero amarillo y nariz postiza de diaquilón.
Los Hermanos Tonetti se identificaron con el pueblo; su humor era inteligente, únicamente los adultos podían calar su hondura. Cada año creaban una nueva entrada cómica, aunque uno de sus números más destacados era el denominado “La Sardinera”, en el que “Pepe”, disfrazado con faldas, parodiaba a las mujeres de la época que vendían el pescado en una cesta, mientras que “Nolo” creó la figura del carablanca que se reía a carcajadas de su compañero, con el objeto de contagiar al público su risa.
A finales de los 70 el circo en España inicia una grave crisis. Manuel Villa del Río fallece el 4 de diciembre de 1982. Un año más tarde el Circo Atlas cierra sus puertas tras haber acudido cada verano a Santander.
Durante un tiempo, “Pepe” actuó en solitario, o acompañado por su hija María del Mar, más conocida como “Marietta”. Los años finales de su vida artística los cumplió en el Circo Chen, el Circo Ruso y el Circo Mundial. Fue fundador, junto a otros artistas, del Club de Payasos Españoles y Artistas de Circo, del que fue presidente, además de Consejero de Circo del Ministerio de Cultura.
En su retiro en Algete (Madrid) se dedicó a pintar. Su obra, donde aparecen retratados numerosos artistas, está expuesta en el Club de Payasos. También escribió poesía e impartió conferencias sobre la Historia y el Mundo del Circo.
Los Hermanos Tonetti recibieron la Cruz de la Orden de Beneficencia en 1975. Además, a “Pepe”, en 1993 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, así como el Premio Nacional de Circo en dos ocasiones: 1974 y 1998.
Los Hermanos Tonetti fueron objeto de numerosos homenajes: el 5 de mayo de 1985 se inauguró en el Parque de Doña Casilda Iturrizar de Bilbao una estatua dedicada a Pepe Tonetti; y el 26 de julio de ese mismo año, se descubrió en la Finca Altamira de Santander un conjunto escultórico, a todo color, de los dos hermanos, en cuyo acto “Pepe” afirmó: «me habéis devuelto a mi hermano». Santander también ha homenajeado a estos hermanos poniendo una calle con su nombre, el 12 de julio de 1996 en el lugar de Cueto; y el 14 de abril de 2007, presentando 2 esculturas en el Parque de Mesones que representan una de las actuaciones típicas de los dos hermanos en la pista del Circo Atlas.
De 1996 a 2005 se entregó anualmente en Bilbao el Premio Tonetti a personas relevantes por su labor humanitaria. Los galardonados recibían, entre otros obsequios, una estatua de bronce del payaso de 16 kilos de peso. Lo tienen en su haber, entre otras personalidades, el político sudafricano Nelson Mandela, premio Nobel de la Paz, y el inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo, creador de la vacuna contra la malaria.
José Villa del Río, el mayor de los Hermanos Tonetti, murió el 20 de febrero de 2004, habiendo hecho realidad su sueño de ser payaso, en el que el Circo Atlas se convirtió en su paraíso.
Prehistoriador, arqueólogo y director del Museo de Altamira
Ubicación de la placa: C/ Isabel La Católica, 7
1956-2016
José Antonio Lasheras Corruchaga nació en Barcelona el 14 de julio de 1956. Su origen familiar era el pueblo zaragozano de Uncastillo, donde él creció y estudió, por lo que se encontraba profundamente unido a éste. Cursó sus estudios superiores en la Universidad de Zaragoza, en la Facultad de Filosofía y Letras, licenciándose en Geografía e Historia en 1979 y orientándose hacia la especialidad de Arqueología.
Entre 1979 y 1985 trabaja en el Museo de Zaragoza, dedicándose a la investigación de la arqueología romana y dirigiendo varias excavaciones. Realiza su tesis sobre los mosaicos romanos de la provincia de Zaragoza.
Tras su etapa como arqueólogo se centra en su faceta de museólogo en Madrid, de 1985 a 1990, trabajando en la Dirección de Museos Estatales del Ministerio de Cultura.
En 1990, recién aprobada la oposición al Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos del Estado, se muda con su familia a Santander para trabajar en Altamira. Elige el Museo de Altamira, con la idea de hacer de este recóndito lugar su gran proyecto de futuro, su ilusión vital.
Nada más llegar, Lasheras comenzó a trabajar en un Plan Museológico que implicó una renovación integral de la institución, además de mejoras para la conservación de la Cueva, la ampliación del Museo y la creación de nuevas instalaciones, dando lugar a una nueva sede, moderna y funcional. Con la idea de difundir el conocimiento científico de Altamira y hacerlo accesible, surge su novedosa concepción de la exposición permanente del museo, dedicada a aquellos primeros habitantes de Altamira y sus modos de vida. Esta exposición incluía la creación de un facsímil de Altamira: La Neocueva, con la que se consiguió realizar una reproducción exacta a escala natural, creada con rigor científico, museológico y divulgativo y, a la vez, un espacio atractivo y accesible para cualquiera que la visite.
En Altamira estuvo primero como Conservador y luego como Director, llegando a ser el máximo conocedor de la cueva. Además, durante sus años de director tuvo posibilidad de realizar otros trabajos de investigación entre los que destaca el proyecto de Inventario del Arte Rupestre de Paraguay, que contribuyó a sacar a la luz un Patrimonio Arqueológico desconocido, y tomar medidas para su protección.
Fue autor de numerosas publicaciones científicas y divulgativas sobre arte rupestre, y colaboró con universidades y centros de investigación, nacionales e internacionales. Las conferencias impartidas por José Antonio Lasheras fueron incontables, tanto en España como en el extranjero, participando en congresos, coloquios, jornadas técnicas, cursos de verano, máster y clases magistrales.
Fue Director Académico de la “Escuela de Arte y Cultura Marcelino Sanz de Sautuola” de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2002-05 y 2014-15) y desempeñó la función de Profesor-tutor en el grado en Historia del Arte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia 2012-2016.
Nunca obvió que su misión como cuidador del Patrimonio era la de transmitir a la sociedad todos y cada uno de sus valores, y así lo hizo a lo largo de su trayectoria, tan luminosa, tan creativa, al servicio de la Cueva de Altamira.
Falleció el 26 de febrero de 2016 en la localidad burgalesa de Quintanas, siendo el impulsor del Museo y la Neocueva de Altamira, ya que fue un gran conocedor de Altamira, conociendo cada rincón, cada pintura y cada grabado. Hasta tal punto que en una de sus visitas encontró una punta de sílex escondida en una grieta que alguien, hace 20. 000 años, había dejado allí, olvidada o a propósito. Él la encontró aquel día, como si el tiempo no hubiera pasado.
Desde que se trasladó a Santander en el año 1990, vivió en el edificio en que se ha instalado la placa como Ilustre de la ciudad, junto a su mujer y sus dos hijas, hasta su fallecimiento el 26 de febrero de 2016.
Maestro y titiritero
Ubicación de la placa: C/ Cardenal Cisneros, 74
1964-2000
Mariano García Pérez nació el 10 de noviembre de 1964 en Santander. De origen lebaniego, estudia en el Colegio de los Salesianos. Aficionado al teatro y al mimo es diagnosticado, con 17 años de esclerosis múltiple y su vida se ve afectada progresivamente en todos los aspectos.
Estudia en la Escuela de Magisterio, en la que el Departamento de Literatura Infantil a cargo de Román LópezTamés y de Isabel Tejerina, activa el Aula de Expresión coordinada por Miguel Castro que, atento a las necesidades de Mariano le descubre el mundo de los títeres y la forma de trabajar en él. Proyecta entonces un baúl desplegable adaptado a su movilidad. Un capricho creativo que se llena de detalles y se convierte en una exclusiva compañía de títeres “La Maleta de Mariano”.
La placa como Ilustre de Santander se ha ubicado en el edificio en el que se encontraba la Escuela de Magisterio, ya que es aquí donde surge y se materializa la idea gracias a la solidaridad y al afecto de esta comunidad educativa.
La compañía estrena “El monstruo peludo” en 1986 y “En el bosque del dragón” en 1987. A través del Ayuntamiento de Santander realiza una gira por las Asociaciones de Vecinos del Municipio. Interviene en el Mes del Teatro promovido por la Consejería de Cultura de Cantabria, en las Jornadas de Teatro Infantil del Teatro Coliseum de Santander y en la Semana Cultural de Torrelavega. Representa a Cantabria en la III Muestra de Títeres del Estado Español de Barcelona, el VIII Festival de Títeres y Marionetas de Zaragoza y el II Festival de Teatro de Basauri.
Forma parte de la programación de Caja Cantabria en su proyecto de “Acercamiento al teatro de Títeres” y de la Consejería de Cultura en su programa “Por las tierras de Cantabria”. Actúa en el Aula de Teatro de la Universidad de Cantabria, en las Jornadas de Teatro de Astillero y en la Sala Quiquilimón de Gijón. Anima la VI Feria del libro de Santander y está presente en la I Muestra de Títeres y Marionetas de San Sebastián y Torrelavega.
La propuesta para 1989 es Teatro del objeto: “Hansel y Gretel” y “El gato con botas”. Brillantes montajes y actuaciones de Mariano que los lleva al programa de Convivencias Regionales de Escuelas Unitarias (CREU) y al Curso Dramatización y Teatro organizado por el Departamento de Filología de la Universidad de Cantabria. Participa en la Filmoteca Infantil del Teatro Coliseum, en el Festival Internacional de títeres de Bilbao y en el I Congreso de titiriteros de Segovia.
“El soldadito de plomo” estrenado en 1993 en el Teatro de la Universidad de Cantabria, se incluye en la “Campaña del Palacio de Festivales para escolares” y “El Palacio en la región”. “La Maleta” participa en el XII Congreso de Artes Plásticas de Santander, la III Muestra Internacional de Títeres para adultos de Bergara y la I Jornada del Cuento de Galdácano.
La enfermedad avanza, pero Mariano se adapta a cada uno de los cambios sin rendición. En “Klaus, el comprador de alegrías” (1995) ya no interpreta sus creaciones, pero, encuentra en los componentes de “La Maleta” voz y manos a los que dirigir y una compañía fiel con la que contar historias maravillosas. Son “Los mayores cuentistas del mundo”.
Mariano García fallece el 14 de enero del 2000 dejándonos un ejemplo de vida que podría resumir su cita favorita de C.S. Lewis“…cuando el dolor tiene que ser sufrido, un poco de valor ayuda más que mucho conocimiento; un poco de simpatía humana, más que mucho valor; y el más leve matiz del amor de Dios, más que todo”.
Sacerdote, arqueólogo y prehistoriador. Fundador del MUPAC.
Ubicación de la placa: C/ San Celedonio, 8
1874-1961
Jesús Carballo García nació el 15 de marzo de 1874 en Santiago de Compostela. Tras realizar los primeros estudios en su ciudad natal, en 1891 ingresó en la congregación salesiana del Colegio de Sarriá, en Barcelona.
Posteriormente, se traslada a Italia, donde estudia Teología y se ordena de diácono y presbítero en Braga y Lisboa, respectivamente. Estudió Contrapunto y Armonía en Turín con Giuseppe Dogliani, y posteriormente, en el Conservatorio de Madrid, fue alumno de Felipe Pedrell, profesor de Estética y Composición.
En 1902, Jesús Carballo fue trasladado a la localidad cántabra de Villaverde de Pontones, y al mes siguiente fue encomendado de la sustitución temporal del director del primer colegio Salesiano de Santander, ubicado en la actual calle San Celedonio número 8 de Santander, en donde se ha ubicado la placa como Ilustre de Santander.
En octubre de 1903, fue nombrado oficialmente director del colegio, y una de sus responsabilidades fue hacerse cargo de la supervisión de las obras del nuevo colegio que se estaba construyendo en la ciudad, el cual se inauguró el 2 de febrero de 1908. Carballo ocupó la dirección del mismo. En este periodo, tuvo la ocasión de entrar directamente en contacto con la Prehistoria, puesto que en Cantabria se estaban produciendo importantes descubrimientos, por lo que los prehistoriadores más importantes de Europa visitaban la región. Atraído por el mundo de la exploración y el estudio de las cuevas prehistóricas, en 1911 renuncia a su cargo de director del colegio, para matricularse en la Facultad de Ciencias Naturales de Madrid.
En 1922 obtuvo, el doctorado en Ciencias Naturales por la Universidad Central, con una tesis “El Paleolítico en la costa cantábrica”. De esta manera, a sus cuarenta y ocho años, había logrado terminar tres carreras: la Eclesiástica, la de Ciencias Naturales y la de Música.
En el año 1925, fue nombrado Ayudante Interino de Ciencias en el Instituto de Segunda Enseñanza en la ciudad, y en 1926 fundó lo que constituirá su gran obra: el Museo Provincial de Prehistoria (actual MUPAC), a cuya inauguración, el 29 de agosto, acudió el rey Alfonso XIII.
A lo largo de su vida, estudió diversas cuevas y yacimientos, entre ellos destacan sus actuaciones en la Cueva de El Pendo y en la Ciudad Romana de Julióbriga, además de las excavaciones en la Cueva Morín y el descubrimiento de los grabados rupestres de Cabrojo. También son reconocidas sus valiosas colaboraciones en revistas científicas españolas y extranjeras, sus monografías y sus libros, entre los que destaca “Prehistoria universal y especial de España”, publicado en 1924.
Jesús Carballo falleció en Santander el 30 de noviembre de 1961, tras una larga trayectoria de destacada vocación divulgadora, en donde también fue miembro del Centro de Estudios Montañeses, comisario provincial de Excavaciones Arqueológicas, director del Museo Provincial de Prehistoria, miembro de entidades relacionadas con el patrimonio arqueológico, las ciencias y las artes y presidente de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Santander. Sus restos descansan en el Panteón de Personas Ilustres de Santander desde el 26 de marzo de 2008.
Payaso y músico.
Ubicación de la placa: C/ Navas de Tolosa, 2 (Estación de Autobuses)
1915-1994
José Llata Fernández, popularmente conocido como Joselito Llata, nació el 8 de agosto de 1915 en la bajada de la Media Luna, de Santander, y posteriormente se trasladó con su familia a la calle Tantín. Estudió en el Colegio Salesiano de la calle Viñas, actual colegio de La Anunciación, y posteriormente, en la Escuela de Numancia.
Formó parte del batallón infantil de cornetas y tambores “Auxilium” y de la banda infantil de la Casa de la Caridad, donde se inició con el clarinete. En los años treinta ingresó voluntario como músico en el Regimiento de Infantería de Santoña, del que pasaría al de Santander y, posteriormente, en el Batallón de Montaña de Barbastro superó la oposición de músico.
Estando en el Regimiento de Infantería de Mahón, conoce a los acróbatas y payasos que formaban el Trío Hermanos Díaz, integrado por Manolo, José y Mari Ruiz Díaz, uniéndose a ellos, casándose con Mari. En ese momento, nacieron los célebres payasos Rudi-Llata (Rudi viene de la contracción de los apellidos Ruiz Díaz y Llata del apellido de Joselito).
Debutaron en el Circo Baltoy y Valdi en Barcelona en 1936, y también trabajaron en el Circo Francoco. Debido a la Guerra, el número estuvo parado hasta 1942, cuando comenzaron su gira por España. Al grupo se incorporó el acordeonista Leonardo Fernández y la bailarina clásica española Carmen Romero, conocida popularmente como Harlema, formando los 5 Rudi-Llata.
En 1945, los Rudi-Llata, actuaron en la actual Plaza de las Estaciones de Santander ya que este era el sitio donde se ubicaban las ferias y el circo en los años 40, 50 y hasta comienzos de los 60, motivo por el que se ha colocado la placa como Ilustre en este lugar.
Sus actuaciones son aclamadas por relevantes personalidades, entre ellos Grock, Charles Chaplin, Pablo VI o los Príncipes de Mónaco.
Obtuvieron el premio Grock, en Milán, en el año 1969, y el Óscar del Festival Mundial del Circo celebrado en el Palacio de Deportes de Madrid en 1972.
Participaron en el rodaje de la película “Sueños de circo” del director Kurt Hoffman. Fueron muy populares en Francia, donde habían sido estrellas en el parisino Circo Medrano.
Tras retirarse Manolo y José, Joselito formó parte de los Martini-Llata, junto a Lorenzo Massot, Carlos Vidal y Manolo el de los Martini. Entre 1974 y 1980, destacaron en distintos países europeos. Posteriormente, trabajó con Johny Díaz y Fernando Álvarez, conocido como Pancracio, con la familia Raluy, los Chen y como maestro de payasos en el Centro Cultural de Santa Catharina de Lisboa.
Como compositor, algunas de sus obras son los pasodobles “Santander” o “Es mi tierruca”, popularizados por el trío Los Carabelas. En Santander, en 1945, en el Circo Corzana, Ederlinda y Gonzalvo cantaban el pasodoble “Santander”.
José Llata Fernández, se retiró poco tiempo antes de su fallecimiento, el 2 de julio de 1994 en Badalona, dejando para el recuerdo grabados varios discos en los que tocaba el clarinete.
Historiador, arqueólogo, museógrafo y director del Museo Marítimo del Cantábrico.
Ubicación de la placa: C/ Francisco Palazuelos, 28
1945-2014
José Luis Casado Soto nació en Santander el 21 de junio de 1945. En 1970 se licencia en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, ejerciendo posteriormente dos años como profesor del Instituto de Camargo. Los cuatro siguientes ocupa una Cátedra en la Escuela Superior de Bellas Artes de Bilbao.
En 1976 se comienza a construir el Museo Marítimo del Cantábrico y desde la Diputación de Cantabria, se le encarga el proyecto museológico. En 1978, pasó a ser académico correspondiente de la Historia, y saca la oposición a la dirección del Museo, que se inaugura en 1981. Lo dirigió durante 35 años.
Fue miembro del Centro de Estudios Montañeses, y su presidente entre 1985 y 1989. Se dedicó a la investigación de la historia marítima y a la de Santander, Cantabria, sus gentes y su patrimonio. Con respecto a la mar, su obra más reconocida a nivel internacional es “Los barcos españoles del siglo XVI y la Gran Armada”, por la que recibió el Premio Nacional del Mar en 1988. En relación a la historia más próxima, pueden servir de ejemplo “Febrero, 1941, el Incendio de Santander”, “Los últimos pastores de los Picos de Europa”, con las fotografías de Ernesto Bustio, y “Cantabria vista por viajeros de los siglos XVI y XVII”.
Como arqueólogo, dirigió excavaciones terrestres, como las de la Catedral de Santander, con Joaquín González Echegaray, y acuáticas, en Santoña, Laredo, San Vicente de la Barquera y Cádiz. Participó en la confección de la Carta Arqueológica Subacuática de Cantabria y el Libro Verde de la Arqueología Subacuática en España.
Escribió y editó más de medio centenar de libros individualmente y más de un centenar en obras colectivas. Publicó más de doscientos artículos científicos y divulgativos en revistas nacionales y extranjeras además de los correspondientes estudios a los facsímiles de la extraordinaria obra “Civitates Orbis Terrarum” y el Códice de los trajes “Trachtenbuch”. Colaboró como autor y asesor en la Enciclopedia de Cantabria y en varios catálogos de exposiciones nacionales e internacionales.
Comisarió más de 48 exposiciones. Entre las que destacan, “Santander en el tiempo” (2005), para la que diseñó la maqueta de la villa de Santander 1755; Pabellón de Navegación de la Exposición Universal de Sevilla (1992); “El Testamento de Adán” (V Centenario del Tratado de Tordesillas, 1994) o “La imagen del mundo, 500 años de cartografía”, (Fundación Santillana y Biblioteca Nacional de Madrid, 1992-93). Realizó el estudio histórico, planimetría e iconografía de las 13 láminas de la evolución de Santander que conserva el Ayuntamiento de Santander.
Dirigió y participó en cursos especializados en universidades como la Universidad de Cantabria, Universidad Internacional Menéndez Pelayo o la Universidad Autónoma de México.
Su compromiso con el Patrimonio y su divulgación, le fue devuelto con numerosos reconocimientos entre los que destacan la Medalla al Mérito Militar, en 2001; el Premio Cantabria Nuestra por la defensa del Patrimonio, en 2004; el Faro de Cantabria, en 2007; el Emboque de oro, en el año 2008 y el Premio Almirante Diego Gutiérrez de Ceballos, Almirante de Castilla, en 2011.
Se ha instalado la placa como Ilustre de Santander en el edificio donde residió hasta su fallecimiento el 5 de septiembre de 2014, siendo uno de los referentes de la historia naval y marina.
Recibió numerosos homenajes a título póstumo, como el nombramiento de “Hijo Predilecto de Santander” en el 2014; el Libro Homenaje “De Espacios, Mares y Tiempos” editado por el Parlamento de Cantabria en 2015, donde figura toda su actividad, y ese mismo año es nombrado “Hijo Adoptivo de San Vicente de la Barquera”. UNATE mantiene desde 2015 la Cátedra Abierta de Patrimonio e Historia con su nombre; así como el refugio antiaéreo del Archivo Catedralicio de Santander y la Biblioteca de Güemes por su trabajo sobre el Camino de Santiago.
Compositor, organista y etnomusicólogo.
Ubicación de la placa: C/ Daoiz y Velarde, 9
1887-1976
Cándido Alegría Gómez-Oreña nació en Santillana del Mar el 2 de febrero de 1887. Su padre, Isidro Galo Alegría Marín, fue un magnífico organista de la parroquia de Santa Lucía en Santander.
Guiado por su padre, da sus primeros pasos musicales y, en 1910, se traslada a París donde reside durante tres años. Allí cursa los estudios de Composición en la Schola Cantorum con Auguste Sérieux, Órgano con Louis Vierne y Charles Pineau, y Piano con Edouard Bernard. Según Louis Vierne tenía brillantes cualidades en la interpretación, así como un dominio de la técnica en el órgano. En la composición se le calificó de técnico y poeta.
En 1913, tras la muerte de su padre, fue nombrado organista titular de la iglesia de Santa Lucía, siendo el tercer miembro de la familia que ostentaba este cargo, después de su abuelo y su padre. Permaneció unido a este instrumento, Mutin Cavaillé-Coll, durante 61 años. Su profunda y amplia formación musical le convirtieron en frecuente fuente de consulta de los estudiosos, realizando una amplia labor en el campo de la música, como inspirado compositor, promotor de estudios musicales y alentador de la afición musical en Santander.
Al ser nombrado organista de la Iglesia, comienza a vivir en la casa ubicada en el número 9 de la actual calle Daoiz y Velarde, donde se encuentra la placa como Ilustre de Santander, y en la que residió hasta 1975.
Fue profesor de la Universidad Pontificia de Comillas y fundador del Instituto de Etnografía y Folklore “Hoyos Sainz”. Su vida estuvo siempre dedicada al trabajo y al estudio. Realizó la transcripción del “Cancionero popular de la provincia de Santander” que recopiló Sixto Córdova y Oña. Su dominio compositivo, avalado por el profundo conocimiento y el oficio de las técnicas modernas, reflejan la formación recibida de las escuelas francesa (Chabrier, Fauré, Satie, Debussy y Frank) y alemana (Brahms) y su formación pianística (Schumann, Schubert y Grieg).
Su obra sinfónica contiene audacias armónicas sumamente atractivas, con cierto colorido modal. Todo ello, amalgamado, confluye para llevar el principio de la variación hasta sus últimas consecuencias. Algunas de sus obras orquestales, fueron estrenadas por las sinfónicas de Barcelona, Madrid y Bilbao.
Fue un extraordinario orquestador de obras de Falla, Otaño, Goicoechea, Donostia y Olmeda. Cabe destacar la orquestación de una de las cuatro piezas españolas “La Montañesa” de Manuel de Falla, músico con quien le unió una gran amistad. Cuando en 1934, Cándido Alegría envió el original a D. Manuel de Falla, recibió de él las mejores opiniones.
En su obra coral, la armonía es rica en colorido con frecuentes cromatismos. Es autor del Himno a la Virgen Bien Aparecida. Sus obras fueron estrenadas por la desaparecida Coral de Santander, por el Orfeón Pamplonés, la Coral de Bilbao y la Coral Polifónica de Santander.
Su obra pianística y de cámara se caracteriza por el tratamiento adecuado según el género de que se trate; el ritmo bien caracterizado en el caso de las danzas; complaciéndose en la finura del detalle y en los matices delicados; canalizados hacia la constante búsqueda de un colorido expresivo-tímbrico. También posee pequeñas obras relacionadas con su labor como organista litúrgico.
El 15 de julio de 1976 Cándido Alegría fallece habiendo ejercido hasta esta fecha como organista titular de la iglesia de Santa Lucía.
Salvador de más de 100 vidas.
Ubicación de la placa: C/ La Horadada, 10
1922-2011
José Sanz Tejera, popularmente conocido como Cioli, nació el 21 de febrero de 1922 en la casa familiar ubicada en el cuarto piso de la Santanderina calle del Sol. Tanto sus padres como sus abuelos eran panaderos de profesión y desde pequeño, los fines de semana, acompañaba a su madre a repartir el pan por la calle Castelar y la zona de Puertochico, donde empezó a nadar, para posteriormente ir a San Martín y a la playa de La Fenómeno. Hacia los diez años ya sabía nadar y comenzó a ir a la que posteriormente se convertiría en su playa, la de La Magdalena.
En el año 1936, Cioli empezó a trabajar como panadero, en la calle Santa Lucía, zona en la que trabajó hasta jubilarse, a excepción del año 1941, cuando colaboró para apagar el fuego, y temporalmente trabajó un tiempo, como panadero, en la Bajada de San Juan, y el Gobierno se encargaba de distribuirlo por la ciudad.
Desde su infancia su pasión fue la playa, y de adulto lo compaginó con su trabajo, ya que a las nueve y media de la mañana, nada más salir de la panadería iba directamente a darse un baño a la playa de La Magdalena.
En 1948, con 26 años, Cioli fue conocido por realizar su primer rescate en la playa de Somo, cuando iba con sus amigos al baile, escuchó pedir auxilio, a tres jóvenes que se estaban ahogando, primero sacó a uno, y después, con una cubierta vieja de un coche sacó a los otros dos. Al día siguiente comenzó a estudiar técnicas de salvamento y primeros auxilios y un poco de medicina para saber cómo actuar en caso de socorrer a alguien.
En 1956 se tituló en salvamento y socorrismo y desde entonces ha salvado la vida a cerca de 150 personas, la mayoría de ellas antes de los años 80, época en la que no existían socorristas en las playas. En el año 1983, el Ayuntamiento de Santander le dedicó una placa ubicada en la escalera de acceso a la playa de La Magdalena con el siguiente texto: “El Ayuntamiento de Santander a Cioli, salvador de cien vidas”.
El miércoles 16 de enero del año 1985 la imagen de Cioli se hizo popular a nivel nacional, ya que en mitad de una gran nevada que cubrió de blanco la ciudad de Santander, fue filmado por las cámaras del Telediario acudiendo a la playa de La Magdalena a darse su baño diario.
Entre otras condecoraciones Cioli recibió la Medalla de la Cruz Roja, el 19 de abril de 1980 la Medalla de Plata de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, en el año 1985 la distinción al Montañés del Año y el premio Alerta de Oro, en el año 1996 recibió el Emboque de Oro, el 30 de enero de 1997 fue galardonado con el Premio Tonetti, el 19 de diciembre de 2009 recibió la Medalla al Mérito de Protección Civil de Cantabria y el 22 de septiembre de 2010 la Cruz de Mérito de la Policía Local de Santander.
Desde que se jubiló, su centro de operaciones como socorrista estuvo en el Balneario de la playa de La Magdalena, motivo por el que se ha colocado en este lugar la placa como ilustre de Santander. Cabe destacar que en el interior de la cafetería del Balneario podemos encontrar una vitrina dedicada a Cioli, en la que podemos ver sus medallas, además de algunos de sus recuerdos y pertenencias.
José Sanz Tejera falleció el 23 de abril de 2011 habiéndose convertido en uno de los personajes más queridos de Santander y de Cantabria, por salvar la vida de cientos de personas en la playa de La Magdalena.