Embárcate en un viaje único a través de las calles de Santander y descubre los rincones que inspiraron a algunos de los escritores más destacados de la literatura española. Desde poetas hasta periodistas, cada paso que des te llevará más cerca de la rica herencia literaria de esta ciudad.
Comenzamos nuestra ruta en la Farmacia de León Felipe, en el número 7 de la plaza de La Esperanza, donde solían celebrarse tertulias literarias. Aunque su estancia en Santander fue breve, su influencia en la cultura local perdura hasta nuestros días. León Felipe, poeta y farmacéutico, llegó a Santander cuando tenía 9 años. Las tertulias en la rebotica de su farmacia eran famosas, pero las deudas lo obligaron a abandonar la ciudad.
Testimonio de esta primera parada, lo encontramos en el libro Los años santanderinos de León Felipe que escribió Aurelio García Cantalapiedra.
Continuamos hacia la Fundación Gerardo Diego, en el número 6 de la calle Gravina. Esta institución está dedicada a preservar el legado del poeta santanderino. Gerardo Diego fue uno de los principales exponentes de la Generación del 27. Aquí, los amantes de la poesía pueden sumergirse en la obra y la vida de este destacado escritor.
En nuestra siguiente parada, exploramos la Casa-Museo Menéndez Pelayo, que alberga la biblioteca personal del ilustre intelectual Marcelino Menéndez Pelayo. Esta colección es un tesoro para los investigadores de humanidades y bibliografía. Menéndez Pelayo fue un gran intelectual español, cuya biblioteca personal donó a la ciudad de Santander. Actualmente se encuentra cerrada y en proceso de rehabilitación.
Nos dirigimos ahora hacia la calle dedicada a Amós de Escalante, poeta y autor del emblemático verso "Musa del septentrión, melancolía". Licenciado en Ciencias Físicas y Naturales, sus obras reflejan la belleza del paisaje cántabro y su profunda conexión con el mar.
Nuestros pasos continúan hacia los Jardines de Pereda, en los que se homenajea al escritor cántabro cuyas obras costumbristas capturan la esencia de la vida en Cantabria y, por supuesto, también de Santander. Sus relatos nos transportan a tiempos pasados, mostrándonos la sociedad y las tradiciones de la región. Miembro destacado de la Real Academia Española de la Lengua, José María de Pereda dejó un legado literario invaluable.
En esta ruta literaria por Santander homenajeamos a Concha Espina y Víctor de la Serna, dos figuras literarias esenciales. Sus obras, llenas de sensibilidad, nos invitan a explorar mundos de belleza y emoción. Concha Espina, prolífica autora, llevó sus historias al cine, mientras que Víctor de la Serna destacó por su profundo conocimiento de la realidad social y política de su tiempo.
Tampoco podría faltar una parada a la poesía profunda y evocadora de José Hierro. Nos encontramos en pleno Paseo Marítimo, donde podemos admirar esta hermosa escultura de acero cortén de Gema Soldevilla.
Miembro del grupo Proel, los versos de Hierro exploran temas universales como el amor, la vida y la muerte. Galardonado con importantes premios literarios, el escritor dejó una huella imborrable en la poesía española contemporánea.
Llegamos al monumento dedicado a Gerardo Diego, en Reina Victoria y en su habitual pose inspirándose en una de las bahías más bellas del mundo. Reconocido por su originalidad y exploración constante de nuevas formas poéticas, Diego enriqueció el panorama literario español. Su obra ha sido premiada y distinguida, contribuyendo al legado cultural del país.
A continuación, nos detenemos en el legado de José Estrañi, un destacado periodista que dejó su huella en Santander a través de su trabajo en varios periódicos locales. Fundó junto a los hermanos Rodríguez Parets el periódico El Cantábrico, contribuyendo así al panorama periodístico de la ciudad. Su participación en La Voz Montañesa lo llevó a publicar sus satíricas "pacotillas", que reflejaban su aguda visión de la sociedad de la época.
José Estrañi tiene un lugar destacado en Santander, también, en plena Reina Victoria, una avenida que congrega la mayoría de paradas de este magnífico paseo literario.
José del Río es nuestra siguiente parada en Reina Victoria. Cerca de la entrada a la Península de La Magdalena nos encontramos la escultura de este poeta y periodista cuya obra refleja su profunda conexión con el mar y su experiencia como navegante. Director de los periódicos La Atalaya y La Voz de Cantabria, su poesía representa un claro ejemplo del modernismo poético en la región. Aunque se vio obligado a abandonar Santander durante la guerra civil, su legado perdura a través de sus versos cargados de nostalgia y belleza.
Ahora nuestros pasos nos conducen a la estatua honorífica del célebre escritor Benito Pérez Galdós. Él encontró en Santander un entorno idílico del que obtuvo la inspiración para muchas de sus obras, que retratan el paisaje, los pueblos y las gentes de Cantabria. Mantuvo una estrecha amistad con otros escritores locales, como José María de Pereda y Marcelino Menéndez Pelayo, enriqueciendo así su experiencia literaria.
Y acabamos esta ruta en El Sardinero, justo en el Parque Mesones, frente al busto de José Luis Hidalgo, un poeta y pintor cuya obra fue truncada por su temprana muerte. Miembro del grupo Proel, su libro "Los muertos" es considerado uno de los títulos fundamentales de la poesía española del siglo XX. En sus versos, la muerte y el amor son temas recurrentes, reflejando su profunda exploración de la condición humana. Su obra, influenciada por corrientes surrealistas y existencialistas, continúa inspirando a generaciones de poetas.
