Este paseo tiene como protagonista la Bahía. A ella se debe no sólo el estilo de vida sino también la fisonomía de la ciudad. Reconocida como una de las bahías más bellas del mundo es, además, la única del norte de España orientada al Sur.
No podíamos no comenzar este paseo sino en el Barrio Pesquero, el barrio con más tradición marinera de Santander.
Comenzó a constituirse en 1943, cuando los pescadores que vivían y trabajaban en Puertochico se trasladaron aquí. Sabrás que has llegado cuando veas el mural de uno de los edificios cercanos a una pequeña plaza. Aquí podrás degustar los mejores pescados y mariscos en sus restaurantes y tabernas.
En el Barrio Pesquero se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, patrona de los pescadores. Esta parroquia estuvo organizada por el párroco Alberto Pico, fallecido en 2014, muy querido en toda la ciudad por su trabajo con los más desfavorecidos.
Cerca de allí, podrás conocer el Archivo Histórico Provincial y Biblioteca Central de Cantabria. Este edificio construido en 1900, fue un almacén hasta 1986. Tras su reforma, fue el lugar escogido para ubicar la Biblioteca Central y el Archivo histórico. Son habituales las exposiciones y las actividades culturales.
Continuando por el paseo que rodea la bahía, llegarás al Centro Cívico Tabacalera, aquí se encuentra uno de los jardines verticales interiores más grandes de Europa visible en todas las plantas del edificio, además de contar con una terraza con vistas increíbles a la bahía de Santander.
El centro alberga diversas salas para diferentes usos: trabajo social, ludoteca, talleres, formación y experimentación artística, etc.
En frente de este espacio tan singular se encuentra la Estación Marítima. Santander es una ciudad con larga tradición de transporte de viajeros. Construida en 1971, se caracteriza por su tejado de líneas curvas emulando las olas del mar. Hoy en día, unas 150.000 personas al año pasan por esta estación. En su interior. se encuentra el Museo Machichaco, que reproduce una de las mayores catástrofes de la ciudad.
Si continuamos recto, a mano izquierda se halla el Monumento al Incendio, la obra está formada por siete figuras a tamaño real y un gran grupo simbólico de mármol. Esta obra recuerda la gran catástrofe que tuvo que vivir Santander en 1941, simboliza un homenaje a un acontecimiento trágico, pero también un llamamiento al hombre de la actualidad que es capaz de resurgir de las desgracias.
Junto a él, a pocos metros, podemos ver también el Monumento Cabo Machichaco, un homenaje a las víctimas de la explosión del buque Cabo Machichaco en 1893. Un incendio en el barco causó la tragedia que, a pesar de los esfuerzos de los bomberos, terminó matando a más de 500 personas e hiriendo a 2.000.
Dejando atrás estos dos monumentos nos adentramos en los Jardines de Pereda, inaugurados en 1905 con el nombre de Jardines del Muelle, pasaron a llamarse Jardines de Pereda en 1911, al colocarse el monumento del escritor cántabro José María de Pereda.
En estos jardines se encuentra uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el Centro Botín, donde podrás disfrutar no solo de una amplia oferta cultural, sino también de unas vistas privilegiadas de la bahía de Santander.
Avanzando por el paseo, veremos a mano derecha la Grúa de Piedra construida entre 1896 y 1900. Sirvió para cargar y descargar mercancías de los barcos que atracaban en el muelle. Restaurada recientemente, se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.
Junto a ella, verás un pequeño palacete, el Palacete del Embarcadero, diseñado en 1932, su función original fue la de aduana de la ciudad. Hoy se utiliza como sala de exposiciones.
Y llegamos al Muelle de Calderón, un paseo que va desde La Grúa De Piedra hasta la sede del Real Club Marítimo. Destaca por tener las mejores vistas de la Bahía.
Al final del muelle verás unas esculturas de unos niños, se trata de Los Raqueros, un homenaje a los niños de clase baja que se tiraban al agua haciendo piruetas desde el muelle para recoger las monedas que les tiraban los más adinerados.
Junto a ellos, sobre el mar, verás el Real Club Marítimo, uno de los clubes más prestigiosos de España, su diseño está inspirado en la arquitectura naval de los años 20.
Continuando el paseo, llegaremos a Puertochico, este antiguo puerto pesquero concentraba la actividad marinera durante el s. XIX y principios del XX. Hoy es un lugar de gran atracción turística gracias a sus vistas y su oferta hostelera.
Al final de este paseo marítimo verás un edificio muy curioso, el Planetario, ubicado en la Escuela de Náutica, podrás observar el movimiento aparente del Sol, la Luna, los planetas y sus satélites y de las estrellas.
Junto a él, se haya un enorme edificio, el Palacio de Festivales, situado frente a la bahía de Santander, acoge desde 1991 gran variedad de espectáculos de relevancia nacional e internacional.
En frente del mismo, podrás conocer el CEAR de Vela, un Centro Especial de Alto Rendimiento de Vela, sede del Equipo Olímpico Español.
Al lado del aparcamiento del Palacio Festivales, podrás ver las Naves de Gamazo, reciben este nombre gracias a Germán Gamazo, ministro de Fomento con Sagasta y disponen de una superficie de casi 1000 metros cuadrados entre las dos.
Fueron construidas en el siglo XX, la más antigua es del año 1908 y la otra de menor tamaño data del año 1950.
Desde julio de 2021 son sede santanderina de la colección ENAIRE de Arte Contemporáneo.
En frente de ellas, está la Duna de Zaera y el Dique de Gamazo. Durante ochenta años el dique fue destinado a la construcción, reparación e inspección de buques. Restaurado en 2014, es uno de los lugares preferidos por los santanderinos para pasear.
Al lado, verás una zona de descanso, la Explanada de Gamazo, un rincón donde tumbarte, respirar aire fresco y oír el sonido del mar.
Junto al dique de Gamazo, hay una caseta, la Caseta de Bombas, un edificio histórico construido en el año 1908. Allí se reparaban los barcos cuando había una importante pleamar y así poder tener acceso al foso.
Al final de este paseo marinero se encuentra el Museo Marítimo del Cantábrico, allí podrás aprender todo lo relacionado con la vida marina y la relación del hombre y la mar a lo largo de la historia.
Justo al lado está la Playa y senda de Los Peligros, una playa familiar y de suave oleaje gracias a la protección de la bahía. Podrás pasear por su sendero de madera situado en la parte más alta del arenal.