Es una cala natural de difícil acceso relativamente alejada de la zona urbanizada de Santander. Este lugar atrae a un gran número de visitantes debido a su belleza y tranquilidad, siendo considerada un paraíso para los amantes de la playa.
Está considerada como una de las playas más bonitas de todo Cantabria. Su arena es fina y dorada y tiene 125 metros de longitud y una anchura media de 40 metros.
Para acceder hasta ella, existe transporte público, pero además cuenta con un amplio aparcamiento. Al encontrarse rodeada de altos acantilados que la dotan de un valor paisajístico añadido, hacen que su acceso sea algo complejo, ya que cuenta con un desnivel que se sortea por más de 150 escaleras.
Las condiciones del agua son generalmente moderadas. Es una playa perfecta para nadar y disfrutar del Mar Cantábrico sin preocupaciones, ya que cuenta con servicio de socorrismo durante toda la temporada de verano.
Pese a ser una cala natural, la playa cuenta con una zona de fondeo, papeleras, duchas y lavapiés, lo que la convierten en sitio ideal para disfrutar de un día soleado junto al mar.