La calle que une la estación de tren con el Centro Botín, Calderón de la Barca, es uno de los ejes principales del tapeo santanderino, una zona de fusión entre la tradición y la modernidad, que se extiende también a la calle Cádiz, a los pies de la catedral.
Como nos encontramos en pleno centro de Santander y al lado del Anillo Cultural, los bares, restaurantes y terrazas se encuentran animados todos los días de la semana y casi a cualquier hora.
La especialidad, cómo en cualquier otro lugar de Santander, es el picoteo marinero, rabas, almejas, mejillones, gambas, nécoras y un largo etcétera, si bien a esta oferta se van sumando progresivamente propuestas gastronómicas nuevas de espíritu más cosmopolita.