Nuestra ruta se inicia en la calle Hernán Cortés, donde se juntan historia de la ciudad y una variada oferta de comercios y establecimientos de hostelería.
En el comienzo de esta misma calle, se encuentra el Mercado del Este (Bien de Interés Cultural), obra de Antonio Zabaleta de 1840 y una de las primeras galerías comerciales cubiertas en España. Actualmente restaurado, alberga la oficina regional de turismo, comercios de diverso tipo, establecimientos de restauración y en su sótano, el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC).
Vamos de la calle Hernán Cortés hasta el Paseo Pereda donde cruzaremos hasta el Paseo Marítimo, para llegar al Monumento a los Raqueros, conjunto de esculturas de José Cobo Calderón en homenaje a los niños de clase baja que se tiraban al agua haciendo piruetas desde el muelle para recoger las monedas que les tiraban los más adinerados, descritos por José María de Pereda en su novela Sotileza.
Continuando por el muelle se llega al edificio racionalista del Real Club Marítimo, y a continuación Puertochico, antiguo puerto pesquero que concentró la actividad marinera durante el s. XIX y principios del XX y hoy es el puerto deportivo de referencia y en pleno centro de la ciudad.
Se inicia la subida por la calle Casimiro Sainz, dejando a nuestra derecha una gran bandera de España y nos asomaremos a Peña Herbosa, una afamada calle por su concentración de establecimientos en los que es típico tomar vinos y pinchos.
Nuestros pasos nos llevan ahora hasta la rotonda de La Sardinera, con la escultura de Ramón Ruiz Lloreda, que homenajea a todas las mujeres que vendían aquí los productos desembarcados en Puertochico.
Girando a la derecha se enfila la calle de Tetuán, antiguo barrio de Pescadores. Aquí abundan restaurantes y casas de comidas de toda la vida. También se encuentra el Paseo de la Fama, inaugurado en 2015, que, con sus estrellas recuerda célebres personajes cántabros.
Avanzando en dirección a Barrio Camino, nos encontramos el acceso al Túnel del Tren de Pombo, que une la calle Tetuán con la calle Joaquín Costa, en El Sardinero; permite acortar el trayecto para peatones y ciclistas entre el centro de la ciudad y la zona de las playas.
La boca este del túnel desemboca en la calle Joaquín Costa, donde encontramos palacetes y viviendas de principios del siglo XX vinculados a los veraneos de las clases acomodadas. En la parte de la calle más cercana a la plaza de Italia, presidida por el Gran Casino del Sardinero, se concentran gran número de establecimientos hoteleros, así como de hostelería y restauración, algunos con gran tradición.
