Magdalena y Sardinero Belle Epoque

Recorre la ciudad

Son dos de los lugares más apreciados por los santanderinos.

En este recorrido conocerás un espacio elegante lleno de historia.

El mejor lugar para comenzar este paseo es la Avenida Reina Victoria, construida para conectar la Primera Playa de El Sardinero con el centro de la ciudad. A lo largo de la Avenida se levantaron palacetes, casonas y hoteles de lujo para la nobleza. En ella, podrás disfrutar de una panorámica de la bahía.

Al final de la misma, verás la  Península de la Magdalena, este parque cuenta con una extensión de 24,5 hectáreas y ofrece multitud de actividades. Rodea la Playa de Bikini y la Playa Magdalena.

La Playa de Bikini debe su nombre a que, durante los años sesenta, las estudiantes extranjeras que acudían a los cursos de verano lucían esta prenda en la playa.

La Playa Magdalena, un arenal  muy popular entre familias con niños pequeños.

En lo alto de la Península de la Magdalena, se haya el Palacio de La Magdalena, la antigua residencia de verano de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Actualmente acoge los cursos de verano de la UIMP, así como eventos de diversa índole durante todo el año.

Desde la fachada noreste de El Palacio de La Magdalena verás la Isla de Mouro cuyo faro fue construido en 1858 con el objetivo de avisar a los barcos su entrada en la Bahía.

En el otro lado de la península, se sitúa la Playa del Camello, esta playa debe su nombre a la forma que tiene una de sus rocas, situada a la derecha del arenal. Aquí suelen celebrarse competiciones «informales» de palas, un deporte muy popular en Santander.

La siguiente playa es la Playa de la Concha, llamada así por la forma que tenía en otro tiempo, dispone de todos los servicios y, en días de bajamar, podrás caminar hasta la Primera playa. Antiguamente, junto al arenal, se encontraba la ermita de San Roque, construida en 1870; en su lugar verás unos jardines que reciben el mismo nombre.

Dejando atrás ambas playas llegamos a una de las plazas más famosas de Santander, la Plaza de Italia, a los pies del Gran Casino, en donde muchos aprovechan para sentarse en uno de sus bancos y disfrutar de los helados de las heladerías cercanas.

Justo en frente de esta plaza, están dos de las playas favoritas de los santanderinos la Primera y Segunda de El Sardinero.

La Primera playa es, sin duda, la más icónica de Santander, ya que a ella acudía la nobleza y la burguesía. La Segunda estaba reservada al pueblo llano. Hoy, todos son bienvenidos a disfrutar de la arena fina y dorada.

Frente la Primera playa, se encuentra el Gran Casino Sardinero,  sus líneas clásicas lo convierten en un claro ejemplo de la Belle Époque. Construido en 1916, permaneció abierto hasta 1939. Tras pasar por altibajos, se reinauguró en 2001. Actualmente, cuenta también con una sala de exposiciones, cafetería y sala de fiestas.

Subiendo por la cuesta que hay en el lateral del casino, llegamos a los Jardines de San Roque,  bastante peculiares por su pronunciada pendiente. Dispone de una zona de juegos infantiles, un área de descanso y una bolera tradicional. La gran cantidad de pinos convierte este espacio en un lugar para disfrutar y respirar.
Por su parte, el chalet “Los Pinares”, obra del arquitecto Valentín Lavín Casalis, es un buen ejemplo de arquitectura montañesa.

Cerca de allí descubrirás la Fuente de Cacho, tal es su importancia, que existe una canción popular con su nombre. Aún hoy suele cantarse en acontecimientos clave como el chupinazo de las fiestas de la ciudad o éxitos deportivos.

Si volvemos a bajar hacia la playa y avanzamos en dirección a la segunda, cruzaremos los famosos Jardines de Piquío, estos jardines separan ambas playas, la primera y la segunda y es el lugar ideal para pasear. Gracias a su mirador, podrás contemplar una de las mejores vistas de la ciudad.

Cerca de allí, entre la Segunda Playa y El Sardinero y los campos de Sport del Racing, se encuentra el  Parque de Mesones, uno de los más populares, sobre todo en verano. Cuenta con una gran explanada de césped y un estanque artificial.

Los Campos de Sport El Sardinero, es el estadio de fútbol de la ciudad en el cual juega el equipo Real Racing Club de Santander.

Justo en frente, verás el Palacio de Exposiciones, un edificio de estilo vanguardista acoge todo tipo de eventos culturales, convenciones, ferias y exposiciones en sus 6.400 m2.    

Dejando atrás estos dos edificios, encontrarás un enorme edificio en forma de ballena, el Palacio de Deportes. Este museo hace un recorrido por la historia del deporte en Cantabria y expone los trofeos, equipaciones y objetos donados por los grandes deportistas de la región.

Justo detrás, se encuentra uno de los pulmones más verdes de la ciudad, el Parque de las Llamas. En sus 11 hectáreas de extensión, abarca zonas recreativas, áreas verdes y una amplia red de caminos, campas, espacios acuáticos y una zona de ocio que rodean una gran zona central que muchas aves eligen como humedal para hacer sus nidos o descansar de sus viajes migratorios.

En el parque también encontrarás una cafetería-restaurante, aparcamiento, carril-bici, y la sala de conciertos Escenario Santander, cuyo espacio acoge multitud de eventos.

Retrocediendo hacia atrás y cruzando de nuevo el Parque de Mesones, llegaremos al Mirador de García Lago, que ofrece una panorámica de El Sardinero. Debe su nombre al hotel que está situado justo detrás.

Si vuelves sobre tus pasos verás una rotonda, cruza la calle y sube por unas escaleras que te llevarán a la Senda de Mataleñas.  Por ella llegarás a uno los lugares más bonitos de Santander: Cabo Menor.

Siguiendo el sendero llegarás a una pequeña playa de arena fina y dorada que desaparece en la pleamar, la Playa Molinucos.

Justo al otro lado está el Parque de Mataleñas. Podrás acceder a él gracias a los múltiples accesos situados a lo largo de la senda. En él encontrarás una extensa zona verde, provista de un parque infantil y desde donde podrás disfrutar de unas vistas impresionantes. Además, si eres amante del deporte, en uno de los extremos del parque, en plena naturaleza, hay un circuito de 1.200 metros.

Continuando el sendero llegarás a la Playa de Mataleñas, un lugar ideal en donde disfrutar de buenas vistas mientras te das un baño.

Por la parte de detrás del faro llegarás a Cabo Mayor. Según asciendes, verás el monumento a los Caídos en la Guerra Civil y un mirador. A la derecha de este, hay una puerta con unas escalerillas por las que accederás hasta el propio Cabo y caminar hasta su extremo.

En lo alto verás el Faro de Cabo Mayor con más de 30 metros de altura, es el faro más importante de Cantabria. Construido en 1839 en el mismo lugar donde, desde tiempos remotos, se hacían señales a los barcos con banderas por el día y con fuego por la noche.

En el interior del Faro de Cabo Mayor, encontrarás Centro de Arte Faro de Cabo Mayor, un museo especializado en el icono del faro y todo su simbolismo.