Es una cala natural relativamente aislada, cuya composición es una combinación de bolos, rocas y arena fina y dorada. Cuenta con 25 metros de longitud y una anchura media de 5 metros.
Para llegar a este lugar, se puede hacer a pie atravesando el Parque de Mataleñas o disfrutando de las impresionantes vistas que ofrece la Senda Peatonal de Cabo Mayor.
Al tratarse de una playa con un bajo grado de ocupación, es ideal para disfrutar de la tranquilidad en un entorno completamente natural.
No tiene servicio de vigilancia, pero sus tranquilas aguas azules apenas tienen oleaje.
Su baja ocupación, su tranquilidad y su entorno natural la convierten en un lugar especial para aquellos que buscan escapar del bullicio y disfrutar de la belleza de la costa cantábrica. No importa si estás buscando relajarte bajo el sol, dar un paseo por la orilla o simplemente disfrutar de la serenidad del mar.