El Festival Recordari regresa hoy a Santander en su segunda edición, para celebrar la memoria individual y colectiva, preservar la historia y el recuerdo a través de las artes escénicas, el cine o la danza, con la implicación de agentes locales, nacionales e internacionales y espacios significativos del sector cultural de la ciudad.
Tras la buena acogida de su primera edición, en 2023, la concejala de Cultura, Noemí Méndez, ha destacado que, en esta ocasión, se desarrollará hasta el 26 de noviembre con el fin de asentarse en la ciudad a través de numerosas propuestas artísticas, así como talleres participativos que buscan fomentar la reflexión y el diálogo, uniendo ciudadanía, arte y memoria.
“Siento no haberme hecho más preguntas, no haber tenido más tiempo. Hay cosas que ya no sabré jamás. Nos vamos muriendo, se acaban los testigos y la memoria necesita un espacio donde poder sostenerse, donde poder sostenernos”. Con estas palabras, Mónica González Megoya, directora del programa, resume el espíritu del festival, que busca acercar a la ciudadanía una parte de la historia olvidada a través de diferentes lenguajes artísticos.
“Queremos ofrecer un espacio de reflexión y de celebración de la memoria, una memoria que necesita ser protegida para no caer en el olvido", subraya González Megoya.
Recordari cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Santander, y la colaboración del Palacio de Festivales de Cantabria, la Filmoteca de Cantabria Mario Camus, Enclave Pronillo, Librería Gil y Escena Miriñaque.
Programación
Entre los eventos destacados de este año, se encuentra el espectáculo ‘Cosas que se olvidan fácilmente’, de Xavier Bobés, premiado en numerosos certámenes, que se presentará desde este martes y hasta el 31 de octubre, en el Palacio de Festivales de Cantabria, con dos pases diarios limitados para cinco personas por pase.
La conexión entre obra y asistentes se multiplica exponencialmente y dota a la obra de un carácter especial, que permite a su público sentir la cercanía y viveza de un teatro puro que transforma los recuerdos y que, del mismo modo que lo hace el olvido, inventa otros nuevos.
Además, Bobés dirigirá el taller de creación ‘Objetos a través del tiempo: Memoria, Historia e historias’, del 1 al 3 de noviembre, en Enclave Pronillo, explorando la conexión entre objetos cotidianos y recuerdos personales.
La programación continuará con la proyección del documental ‘Donde acaba la memoria’, de Pablo Romero Fresco, los días 8 y 15 de noviembre en la Filmoteca de Cantabria Mario Camus.
‘Donde acaba la memoria’ recorre Las Hurdes y la Residencia de Estudiantes para construir el retrato de Ian Gibson, que ha dedicado su vida a recuperar la memoria reciente de España a través de las biografías de tres de sus genios más reconocidos: Buñuel, Dalí y Lorca.
La danza será protagonista con el espectáculo ‘La Buena Obra’, de Luz Arcas, bailarina galardonada con el Premio Nacional de Danza 2024, que tendrá lugar el 21 de noviembre en el Palacio de Festivales de Cantabria. Este espectáculo involucrará a seis participantes seleccionados en un taller previo de danza, con personas mayores de 65 años, que se llevará a cabo del 6 al 19 de noviembre, y que se desarrollará en la escuela de artes escénicas del Palacio.
El día 23 de noviembre habrá una cita con el cómic en la librería Gil. Sento Llobell presentará la novela gráfica DR Uriel, la pequeña gran historia de un médico novato durante la guerra civil.
Vicent Llobell Bisbal, Sento, tras licenciarse en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, ejerce como profesor de anatomía en la misma facultad entre 1979 y 1981, año en el que abandona la docencia para dedicarse a dibujar cómics. Sus ilustraciones y cómics se han publicado en medios como Bésame Mucho, El Víbora, Cairo, Madriz, TBO, Pequeño País, El Temps, El Independiente, EFE EME y El Jueves.
Para cerrar el programa, la compañía ‘La Loquace’ presentará el 26 de noviembre ‘Viva!’, en la sala Escena Miriñaque. Premio "Drac D’or", es la historia de una familia, de un chaval al que le dijeron que sus abuelos habían muerto de “muerte natural”. Cuando ese pequeño crece y quiere oír la verdad, la conversación se cierra siempre diciendo: “El abuelo era un borracho y acabó volviéndose loco”, “en aquella época, lo que ocurría detrás de la puerta, se quedaba detrás de la puerta”.
Las inscripciones para los talleres y la venta de entradas para los espectáculos ya están disponibles y se recomienda reservar cuanto antes, dada la limitación de aforo en muchos de los eventos.